Tradicionalmente, se ha presentado siempre la Feria del Toro, como todos los aficionados sabrán, de Pamplona, en la primer semana de junio. Este año no ha sido una excepción. La Casa de la Misericordia, propietaria y gestora del Coso pamplonica, anunció ya en el mes de diciembre del pasado ejercicio, las ganaderías que se estoquearían en la próxima edición.
El ciclo se compone por las tradicionales ocho corridas, una novillada y la corrida de rejones. Esta última tendrá lugar el día 6 de julio, el del «Chupinazo». Como en estas corridas es costumbre, se anuncian los caballeros, tal como los denominan en el país luso, Pablo Hermoso de Mendoza y Roberto Armendáriz, toreros de la tierra. Al igual que el año pasado, se «cuela» en los carteles el extremeño Leonardo Hernández, que reemplaza a uno de los rejoneadores que más veces habrá participado en el festejo en Pamplona: Sergio Galán. Se mantiene también algo que ya es precepto en el ciclo, el veto a Diego Ventura. Parece ser que el de Estella, sigue rehuyendo a la competencia con el portugués aficando en el municipio cigarrero. La casa ganadera anunciada para la ocasión son los toros de origen Murube de Pedro Gutiérrez Moya, «El Niño de la Capea». Para la novillada se contará con el hierro onubense del Parralejo, algo también tradicional en San Fermín, para Javier Marín; José Enrique Colombo, tras la buena sensación dejada en San Isidro; y Toñete. Este festejo tendrá lugar el día 5 del mes de julio.
Abre el ciclo, en cuanto a corridas, la ganadería de Medina Sidonia de Cebada Gago, en el día del patrón navarro, que no de Pamplona. Hierro, sin duda, del gusto del aficionado, producto de una interesante amalgama de sangres: Jandilla, Torrestrella y Núñez. Repite tras su reaparición el pasado año, causando buenas sensaciones por la casta, la dureza y el sentido de los toros lidiados. Para la ocasión, se anuncian los espadas Juan Bautista, torero de corte camaleónico, capaz de mantener una lidia populista y repleta de efectos especiales, o, en su defecto, de lo que se llama un toreo más clásico, pese a que caiga, en la mayoría de las ocasiones, en el más vulgar de los ventajismos; y los jóvenes Javier Jiménez, que salió a hombros el pasado 15 de agosto en Madrid, y Román, con tantas carencias como ventajas.
Otro interesante festejo se programa para el 8 de julio, en el que se anuncia los astados abulenses de José Escolar Gil, cuya sangre mayoritaria es de procedencia Marqués de Albaserrada, con algún «goterón» del Conde de Santa Coloma, vía Don Joaquín Buendía Peña. Será la tercera comparecencia del suegro de «El Fundi», en la capital de Navarra, tras cosechar brillantes resultados en las dos ediciones anteriores, proclamándose merecedor del premio Carriquiri en 2015. Se anuncian toreros valorados y apreciados, no tanto como el hierro: Eugenio de Mora, torero de indudable oficio y bagaje, pese a que en sus últimas tardes en Madrid se haya mostrado dubitativo y sin recursos; Pepe Moral, que viene de pegar los mejores naturales a toros de Miura en la pasada Feria de Sevilla; y Gonzalo Caballero, torero de indudable arrojo y autor de una de las mejores estocadas de la Feria de San Isidro.
Por Francisco Diaz