Según redacta Ricardo Fernández en el artículo vertido en La Verdad y basándonos en sus declaraciones.

«Eran muchos los que lo sabían, desde hace mucho tiempo, y ninguno de ellos está pensando en hacer examen de conciencia ni en el infierno al que estuvieron sometidos esos chavales. En lo único que piensan es en cómo salvar el culo». La frase, con forma de sentencia, con la contundencia del ‘Yo acuso’ de Émile Zola, la pronuncia el conocido pediatra y gran aficionado a la fiesta de los toros José Luis Valdés. Lo hace ahora, unos días después de que la detención por presuntos abusos y agresiones sexuales de un profesor de la Escuela Taurina de Murcia haya causado una conmoción sin precedentes en ese mundo, pero lo hace con la legitimidad de quien ya trató de denunciar esta situación hace cinco años y no tuvo éxito. Ocurrió después de que una chiquilla de doce o trece años, muy cercana a su familia, fuera víctima de unas presuntas proposiciones deshonestas del hoy encarcelado, J.M.O., de 69 años. Entonces, por falta de pruebas, no logró impulsar la vía policial ni judicial, pero le sirvió para constatar que en los ambientes taurinos de la capital era «un clamor» la supuesta fijación del antiguo novillero por los y las menores de edad.

Entonces optó por enviar un artículo a una publicación especializada, vinculada al mundo del toro, en el que advertía de que había «un hijo de la gran puta», a quien tenía «ganas de matar», que se llevaba a casa a los aprendices de torero. «Se dedica a darles masajes a los chavales, con la excusa de evitar supuestas sobrecargas musculares, especialmente en los abductores -qué casualidad-, músculos estratégicamente situados junto a los genitales».


El director artístico de la Escuela Taurina, Pepín Liria, ha declarado como testigo por teléfono tras dar positivo en Covid

«Un sonado incidente»

Y desvelaba el caso de una alumna que había sufrido en apariencia ese ‘tratamiento’, lo que había llevado a uno de sus familiares a protagonizar «un sonado incidente» con el hoy sospechoso de abusos y violaciones a -al menos- una decena de menores y jóvenes, con el que incluso llegó a las manos.

Y aunque esa entonces frustrada colaboración periodística -que hoy ya ha visto la luz en la revista El Muletazo-, iba dirigida a iniciados, ya que no ofrecía nombres concretos, ni mencionaba expresamente a la Escuela Taurina, sí dejaba constancia de su convencimiento «de que los responsables jerárquicos -del presunto pedófilo en la Escuela Taurina- conocen el caso perfectamente y no pueden seguir mirando hacia otro lado si no quieren seguir siendo cómplices».

Y, a modo casi de vaticinio, afirmaba que «el escándalo puede estallar en cualquier momento, en cuanto alguna de las nuevas víctimas lo comente con sus padres y venza el miedo a ver frustradas sus ilusiones; probablemente el mismo miedo que les lleva a aguantar los sobeteos. Entonces quizás llegue la necesaria denuncia a los tribunales y algunos -no solo él- tendrán que dar bastantes explicaciones».

«Aparecerán más víctimas y la acumulación de testimonios similares e independientes será la prueba que lo condene (…) Deben apartar a ese repugnante malnacido de los chavales», finalizaba.

En declaraciones a LA VERDAD, José Luis Valdés ratificó ayer punto por punto sus acusaciones e insistió en que había mucha gente en la cúspide del mundo de la tauromaquia en Murcia que estaba al tanto de los supuestos excesos de tipo sexual de J.M.O., entre ellos directivos de la Escuela Taurina de Murcia. «Yo mismo le dije a uno de ellos que se iban a meter en un follón de tres pares de cojones», desvela.


Entre las víctimas podría haber estudiantes Erasmus que fueron a la plaza para conocer la fiesta del toro

En esa línea, expresó su convencimiento de que si nadie actuó finalmente fue por la omnipresente figura del maestro Pepín Liria, a quien señaló como el principal valedor y protector del hoy encarcelado. «Nadie quería enfrentarse con Liria», sostiene. Por ello, Valdés le insta ahora a dar explicaciones, a dimitir del cargo de director artístico de la Escuela Taurina e incluso a devolver la Medalla de Oro de la Región.

Este diario ha tratado en los últimos días de hablar con Pepín Liria para recabar su versión sobre los hechos ocurridos en la Escuela Taurina, sin conseguirlo. Ayer, la agencia Efe desveló que el maestro había prestado declaración como testigo ante la Policía; un trámite que había cubierto por teléfono ya que no se había podido desplazar a Murcia por haber dado positivo en coronavirus.

Obligadas a posar desnudas

Esta información también señala que la decena de víctimas identificadas hasta el momento no denunciaron los abusos sexuales por vergüenza y por temor a que se pudieran tomar represalias contra ellos y ver frustrada su ilusión de ser toreros. Así se recoge en las actas de sus declaraciones a la Policía Nacional. Los alumnos afectados -seis chicas y cuatro chicos- declararon también que, ante los tocamientos y las agresiones sexuales presuntamente realizadas por el profesor, quedaron en un estado de ‘shock’ y algunos tuvieron que someterse a tratamiento psicológico o psiquiátrico.

Coincidieron en indicar que, en las clases prácticas, a los chicos les corregía su posición al dar los pases sin tocarlos, pero a las chicas se acercaba por detrás y les hacía tocamientos en nalgas y pechos. También revelaron que a estas les tomaba las pulsaciones no en la muñeca, sino en el pecho, lo que aprovechaba presuntamente para tocarles en esa zona.

Una de las víctimas ha manifestado que sometió a varias chicas a sesiones fotográficas en las que eran obligadas a posar desnudas o con un mínimo de ropa. Y afirman que se ofrecía a darles masajes y les decía que sus muslos debían perder volumen para tener una figura más estilizada.

Los abusos a las alumnas se habrían cometido en dependencias de la plaza de toros, en hoteles y en un piso de Murcia, mientras que en el caso de los chicos se habrían producido en sus domicilios, donde les habría mostrado además películas pornográficas. Ni siquiera habrían escapado a sus tocamientos algunas alumnas Erasmus que se acercaron hasta la plaza de toros para conocer la fiesta.


«Jamás hemos tenido la menor sospecha, idea o conocimiento de esos hechos»

La Escuela de Tauromaquia de la Región manifestó este sábado, a través de un comunicado, que esta entidad «jamás ha tenido el menor conocimiento, sospecha ni la más remota idea de que se pudieran estar produciendo los hechos investigados. Hemos de insistir ¡Jamás! Nadie se ha dirigido, en ningún momento, a ninguna persona relacionada con esta Escuela Taurina -ya sea por parte de los alumnos, familiares o amigos de estos- para denunciar la existencia de tales hechos, manifestar la posible sospecha de su comisión o, incluso, de actuaciones (…) inadecuadas, circunstancias estas que ya habrían sido suficientes paraadoptar las más contundentes medidas para erradicarlas».

Además, la institución advirtió de que «ejercitar cuantas acciones, tanto civiles como penales, pudieran corresponder en defensa de los intereses de los integrantes de la Escuela». Por último expresó su profundo lamento por estos hechos y la voluntad de estar junto a los alumnos afectados.