Mi amigo Didier Claisse, ha publicado en el número 2.123 correspondiente al mes de julio de la revista TOROS, editada en Nimes y decana internacional de la prensa taurina, un artículo dedicado a Riaza, dentro de una serie dedicada a las ciudades taurinas.

La traducción es de nuestro amigo Andrés de Miguel.

Portada del nº 2.123 de la revista TOROS Fotografía de Carmen Baudín

RIAZA

Por Didier Claisse

La historia que se cuenta a continuación no es banal y merece la pena darla a conocer. Es la de una recuperación, de una aventura llevada a cabo entre 2015 y 2019 que ha conseguido la mutación de una feria hacia la seriedad del ganado, la búsqueda de la casta y el respeto del tercio de varas.

Riaza es un pueblo de 2.100 habitantes en el este de la provincia de Segovia, una veintena de kilómetros después de pasar el puerto de Somosierra yendo desde Madrid. A una altura de 1.200 metros en el piedemonte de la Sierra de Ayllón, Riaza es desde hace tiempo, un pueblo de veraneo frecuentado por los madrileños. Nacida durante la reconquista, nació del repoblamiento de tierras conquistadas a los musulmanes al principio del siglo XII. La explotación forestal, la ganadería y un yacimiento de hierro favorecieron el desarrollo del enclave. En 1139, está integrado en el dominio eclesiástico por donación real y adquiere rápidamente el título de “villa”. En 1430, pasa a manos de la nobleza y finalmente la Constitución de Cádiz (“La Pepa” de 1812)  la hará dominio público.

Como es habitual en Castilla, la afición local está profundamente arraigada desde hace tiempo. Entre los vecinos hay numerosos corredores de encierros, algunos de ellos habituales en Pamplona. El recordado Víctor Barrio nació en Grajera a quince kilómetros de Riaza y fue una referencia en las actividades taurinas locales y habitual de los carteles de su feria. Las fiestas se celebran en septiembre, bajo la advocación de Nuestra Señora del Manto, patrona del pueblo (el día 8) y de la Virgen de Hontanares los dos domingos siguientes. Los toros ocupan toda la semana entre estos dos domingos. En una feria tipo (como la de 2019), se celebraron un festejo del Concurso Nacional de Recortadores, una novillada de rejones, clases prácticas para becerristas de las escuelas taurinas de Madrid y Salamanca, una becerrada para la peñas locales, abiertas a la participación foránea y finalmente el plato fuerte de las fiestas con la novillada picada y la corrida de toros que cierra el ciclo de fiestas. Todo con lleno en los tendidos. Es preciso añadir que los novillos y toros de las corridas son conducidos al corral en sendos encierros por las calles del pueblo. Estos encierros han sido declarados “Espectáculo Taurino Tradicional de Castilla y León” en 2008.

Fotografías publicadas en la revista Toros.

Al igual que en Chinchón, desde hace decenios, los espectáculos tienen lugar en la Plaza Mayor, de forma oval, rodeada de casas con soportales, con el Ayuntamiento situado al oeste, cuyo balcón principal sirve de palco presidencial. Aún se pueden ver los hoyos destinados al montaje de la antigua plaza portátil, aunque la farola existente en el mismo centro de la plaza y que complicaba un poco la lidia desapareció en 1960. En 1994 fue inaugurada una nueva plaza portátil hecha a medida y con capacidad para 2.500 espectadores, propiedad del Ayuntamiento.

Hasta 2014, las cosas estaban en la línea habitual de la organización de la tauromaquia, gestionadas por la alcaldía, que delegaba en un organizador externo. El problema sobrevino en 2012 cuando este empresario desapareció con la caja en mitad de la feria, dejando una montaña de impagados y obligando al ayuntamiento a improvisar y contratar toreros distintos de los anunciados. El año siguiente, la feria estuvo a punto de suspenderse, porque los toreros anunciados se declararon en huelga exigiendo el pago de las deudas antes del paseíllo. En 2014, la calma previa a la tormenta, pues estas peripecias provocaron una sana reacción. No hubo un mago milagroso, solamente hombres y mujeres de buena voluntad y especialmente la conjunción de varias energías. La primera, la “Peña Taurina de Riaza” formada por aficionados serios con la infatigable actividad de su presidente José Miguel Gil, presidente también de los veterinarios taurinos de Segovia. La segunda, nuestro amigo Andrés de Miguel, actual presidente de la peña madrileña “Los de José y Juan” y socio de la de Riaza donde tiene una segunda residencia. A partir de 2015, subirá varias veces al palco como asesor presidencial y dará a conocer esta historia a través de su blog. Finalmente, la última pero no la menos importante, la alcaldesa Andrea Rico Berzal (PSOE) elegida en 2015, gran aficionada y de firme carácter. Estas tres voluntades confluyeron al tiempo que se creaba una nueva asociación “Toro de los mozos” para los espectáculos de aficionados.

En 2015 se forma un grupo presidido por la alcaldesa que va a elegir toros y novillos al Campo Charro (Torrealba). El resultado no fue extraordinario a pesar de la técnica desplegada por Juan del Álamo y el compromiso de Joselito Adame y Víctor Barrio quienes salieron a hombros. Pero en 2016 cambian las tornas con una soberbia corrida de José Escolar (Aguilar, Lamelas, Román) y una novillada de Baltasar Ibán (lidiada en homenaje a Víctor Barrio muerto en Julio en la plaza de toros de Teruel). De manera inhabitual, los doce bichos reseñados en el campo en mayo, fueron los lidiados en septiembre. Además, una reunión previa a las corridas con los matadores y sus cuadrillas, de Andrés de Miguel y el presidente de las corridas, contribuyó a recuperar la seriedad y la emoción del tercio de varas. Para 2017, repetición de la novillada de Baltasar Ibán y corrida de Cebada Gago (Chacón, Vicente, Moral). En 2018, novillada de La Quinta y corrida de José Escolar (Bolívar, Cortés, Leal). En 2019 las elecciones municipales devolvieron a la alcaldía al anterior regidor Benjamín Cerezo Hernández (PP) y la cuestión estribaba en saber si se seguiría la línea iniciada. Así fue con La Quinta que repitió en la novillada y Valdellán para la corrida.

He aquí como cuatro años de gestión sana y motivada han conseguido hacer de Riaza una referencia en el mapa de la tauromaquia seria y torista. No me queda espacio para seguir hablando de las jornadas y conferencias de la peña, de las once varas en una sola tarde (en plaza de 3ª categoría) o de la riqueza del patrimonio del lugar. ¡Id a Riaza!