Rubén Sanz, matador de toros, natural de Soria. Tomó la alternativa un 27 de junio de 2009, en su tierra natal, con Julián López ‘El Juli’ como padrino y Miguel Ángel Perera de testigo. Parece ser que al diestro numantino le han tocado las bolitas que caen del cielo, las que decía el maestro Rafael de Paula que solo tocaban la cabeza de los elegidos, dio prueba de ello con su última faena el mes pasado en el Burgo de Osma.

– ¿Cuándo pensaste que realmente podrías ser matador de toros?

Desde que nací no he querido otra cosa y siempre lo vi muy difícil, parecía un milagro, y solo fui consciente de que podía serlo cuando el maestro Juli me dio los trastos.

-¿De dónde te viene la afición a los toros? ¿Hay algún antecedente taurino o aficionados en tu familia?

Mi padre ha sido aficionado de siempre, pero sobre todo dos tías de mi padre me han llevado, desde que mi memoria me permite recordar, siempre a los toros.

-Para los lectores que aún no te conozcan, ¿cómo definirías tu concepto del toreo?

Yo creo que el toreo lo debe definir el aficionado, pero si yo tuviera que definirme diría que soy torero de sentimiento, porque nace desde lo más profundo de mí.

-¿Qué se siente en los momentos previos a una corrida? ¿Se puede controlar el miedo?

Se siente miedo, inseguridad, pero a la vez ilusión de que por fin vas a poder hacer lo que más te gusta, si un toro te lo permite, abandonarte y torear como sientes el toreo. El miedo se controla unos días más que otros, hasta que te enfundas el vestido.

-¿Duelen más las cornadas del toro o las ‘cornadas’ psicológicas cuando las cosas no salen como se espera?

Las dos duelen mucho. Las físicas, afortunadamente las curan profesionales y tienen un tiempo determinado, pero las psicológicas las ha de superar  uno mismo y solo se consigue cuando estás bien delante de otro toro.

-El pasado día 3 de julio obtuviste los máximos trofeos (dos orejas y rabo) con un toro de Sánchez Herrero en El Burgo de Osma. Parece que ha sonado más el teléfono desde entonces, pues estas anunciado en varios festejos. ¿Piensas que esta puede ser la mejor temporada en tus doce años de alternativa?

No sabría decir si la mejor, pero si la que con más ilusión estoy viviendo, porque aunque otras veces haya triunfado, no había tenido la repercusión de esta.

-¿Hay algún torero en concreto que te haya servido de inspiración o de referente?

Yo creo que todos tenemos referentes. Pero puedo darte una terna. Rafael de Paula, Guillermo Capetillo y Julio Aparicio (hijo), entre otros muchos.

-Dijo Domingo Delgado de la Cámara que si fueras de Sevilla o Jerez de la Frontera se diría que eres un gran artista y te darían más oportunidades, ¿estás de acuerdo con esta afirmación?

Pues no lo sé, soy de Soria  y orgulloso de mi tierra, aunque es verdad que me siento, a veces, incomprendido como torero, creo que les gustaría más si yo fuera un torero banderillero, espectacular y eficaz con la espada, en lugar de buscar torear cada día más despacio y con más sentimiento a los toros.

-En los últimos años la afición ha reclamado fuertemente que se lidien más variedad de encastes, ¿crees que se puede torear artísticamente con los encastes denominados ‘más duros’?

Para torear bien, el toro tiene que entregarse, y la entrega es sinónimo de bravura; por lo tanto un toro ha de ser bravo y con clase, por lo cual no se debería hablar de ganaderías duras o blandas, si no de ganaderías que buscan la bravura y la clase de los toros.