De la principal casta fundacional, la de Vistahermosa, como dos grandes ríos resultan dos encastes fundamentales del toro de lidia: Murube y Saltillo. La última ganadera del Condado de Vistahermosa, Doña Luisa Ulloa, decidió vender, por problemas económicos, la famosa ganadería en varias porciones, las más importantes: la del Barbero de Utrera y Don Salvador Varea. La de este último, al poco tiempo, pasa a Don Ignacio Martín que, en 1827, la vende a Don Pedro José Picabea de Lesaca, sevillano de ascendencia navarra, de Oteiza. Por ello, existe la incógnita sobre si los Saltillos tienen sangres del tronco gris podólico, originario del Valle del Ebro.

En 1845, la adquirió Don Antonio Rueda Quintanilla, VI Marqués de Saltillo, que la elevó a la máxima categoría. En 1878, pasó a su viuda y, doce años más tarde, a su hijo: Rafael rueda Osborne. Este lo desgajó en varios lotes, con los que se forman ganaderías decisivas de la tauromaquia, como: la de San Mateo, por los hermanos Llaguno en México; o la del Conde de Santa Coloma, en España. En 1915 fallece el VII Marqués de Saltillo y su viuda, Encarnación de Pablo Romero y Llorente, la mantiene durante tres años, siendo albacea de su testamente su hermano Felipe (propietario de la afamada ganadería de Pablo Romero). La adquiere, en 1918, Don Félix Moreno Ardanuy, cuyos herederos formarán dos líneas: Moreno de la Cova-Maestre y Moreno de Silva.

En 2013, los hermanos Don Félix y Don Enrique Moreno de la Cova venden la totalidad de la ganadería a su primo, don José Joaquín Moreno de Silva: sesenta vacas y un semental, además del mítico hierro de la rueda y la divisa celeste y blanca. Por tanto, pudo el último unir ambas ramas de la familia Moreno (las resultantes de la partición anteriormente reseñada). Esto permitió que el actual ganadero pudiera refrescar la ganadería. Una gran noticia, pues de la finca “La Vega”, sito en Peñaflor (Sevilla), siguen saliendo cárdenos y negros entrepelados; veletos, cornivueltos y cornipasos; con hocico de rata y expresión viva. Toros listos que requieren de muleta plana por delante y llevarlo enganchado con la cara tapada.

La vacada tiene su principal mercado en las plazas toristas de Francia: Céret, Vic-Fesenzac, Parentis, Roquefort, etc. En el San Isidro de 2016 echó una corrida descastada y peligrosos, cuyo cenit lo protagonizó “Cazarrata”: toro de estampa decimonónica, condenado banderillas negras. La corrida más reciente es la del anterior sábado en Céret, una corrida descastada y con sentido, en la que solo destacó el sexto, por las complicaciones que ofreció.

 

Por Rafael Falcon