Una temporada atípica, diferente, que no acaba de arrancar. Siempre mirando de reojo esta maldita pandemia que nos ha privado en gran parte de la libertad de movimiento, y también del evento del festejo popular más destacado, carismático y mediático del año 2021.

El Barça – Madrid que propuso Satine en la Superliga y que tanto esfuerzo le costó confeccionar, será aplazado para la temporada 2022. Los toros de Miura y Victorino, deberán esperar en el campo hasta que la situación sanitaria sea favorable para celebrarlo. Los toros reseñados, -salvo lesión- serán los mismos, pero con un toque más de seriedad, evidentemente al tener un año más de vida.

Burriana seguirá siendo la sede, la plaza mayor, pero la fecha del festejo, será septiembre de 2022. Un día lleno de sorpresas que pretende pasar a la historia al igual que lo hizo Nubarrón, el toro de Partido de Resina, lidiado en 2019 y que atrajo a más de 40mil personas.

En esta ocasión la paciencia tiene que ser una virtud, y debemos esperar para disfrutar de ese Madrid – Barça.

Por otro lado, el toro de Cuadri que Satine rescató de la Penya el Plastic, será lidiado en otro evento aún por concretar, debido a que la temporada que viene cumplirá 7 años. Un toro que también hará las delicias de cualquier amante al festejo popular, debido a su trapío y seriedad.

Esta temporada, Satine también ha adquirido un toro de Martín Lorca que sí se lidiará, pero en la plaza portátil que se instalará en la localidad Castellonense de Burriana a modo de alternativa a los festejos.

Siempre dispuesta ayudar al festejo popular e incentivar las tradiciones. Eso es algo que se agradece y les engrandece.

El museo taurino de Burriana que se iba inaugurar esta temporada junto con la celebración del festejo Barça-Madrid, se aplazará a la temporada que viene para que coincida de igual modo, con tal ilustre festejo siempre que la situación sanitaria sea totalmente favorable y sin restricciones.

Deberemos esperar un año para que Satine nos vuelva a dejar con una sonrisa en la boca y un pequeño suspiro en el corazón.

Por Juanje Herrero