El pasado domingo la afición catalana rindió homenaje al matador de toros Serafín Marín con motivo de su vigésimo aniversario de alternativa, que se cumple el próximo 4 de agosto.

En el acto organizado por la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña se reunieron  alrededor de 200 aficionados catalanes, así como miembros de la Federación Taurina de Castellón y Club Taurino de Castellón, donde el matador dio una conferencia días antes dentro de los actos programados en la Semana Cultural del Club Taurino de la capital de La Plana. Se celebró en la Finca Cucala , sita en Alcalá de Xivert (Castellón) y comenzó con la entrega al matador,  de una placa conmemorativa por parte de la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña (FETC) de la mano de Lorena Paricio presidenta de la Federación. A continuación se estoquearon tres novillos de Buenaventura por el propio Serafín Marín, y los alumnos de la Escuela Taurina de Cataluña  Mario Vilau y Hugo Casado, quien estoqueaba por primera vez. Alba Caro alumna de la escuela y anunciada en el festejo, no pudo torear debido a una lesión de ligamentos sufrida días antes.

Al finalizar el festejo, tuvo lugar un almuerzo para los asistentes, pero antes hubo palabras de agradecimiento por parte del maestro hacia todos los presentes.

Enrique Guillén quién dirige  la Escuela Taurina de Cataluña y Lorena Paricio presidenta de la Federación Taurina de Cataluña animaron a los aficionados a continuar luchando por su afición hacia el mundo del toro aunque sea complicado para ello en Cataluña, afición que quedó patente con la presencia de los allí reunidos.

Serafín Marín  demostró que continúa siendo el torero  que fue ocupando puestos en carteles de las ferias más importantes de España, Francia y América y que está perfectamente preparado para ello. Para muestra las cuatro tardes en las que hizo el paseíllo la pasada temporada con corridas de las llamadas duras y que  dejó claro que es un torero maduro con temple, de toreo puro, corte clásico, y dejando buen sabor para el aficionado. Un torero que se ha forjado a sí mismo, a base de sacrificio y cornadas dentro y fuera de la plaza, donde se le han cerrado puertas por posicionarse y luchar en defensa de los toros y que continua día a día preparándose, esperando que llegue esa oportunidad que se merece y poder volver a ocupar su sitio bien merecido.

Por: Mati Obiol