Por Joan Colomer

A tenor del anuncio de los primeros carteles de la temporada taurina, uno puede ver que continúa, un año más, el reinado del nefasto binomio “no toreo-no toro”. La revolución destructiva que pasa de lo puro a lo falso sigue imponiéndose en las principales ferias, anunciando los mismos carteles de siempre con el encaste de siempre. Ninguna novedad ni motivación. Lo único novedoso lo encontramos allende los Pirineos, en el oasis francés, donde se anuncia la reaparición de Talavante (con ganado por designar), una meritoria alternativa de Máxime Solera que se doctora con los pupilos de Zahariche y una encerrona de Francisco Montero en Ceret. Fuera de eso, repetición de la misma película de todos los cursos: el “no toreo” ante ganado sin emoción alguna.

El “no toreo” ha sustituido el “pasarse el toro” por la “colocación”. Torear es llevar al toro prendido en el engaño y la aspiración que todo diestro tendría que tener sería el de “pasarse” al toro con más o menor quietud, a mayor o menor distancia y no, como hacen las figuras, de “colocarse” muy cerca de él, fuera del pitón, a la hora del cite. Lo único que se consigue con la colocación ventajista es aprovechar los pasos del toro y tras una leve sacudida de la muleta conseguir el pase pero sin “pasarse” al toro. Y justamente en no “pasarse” al toro se fundamenta el toreo moderno. Un toreo vistoso, estético pero carente de autenticidad. Si a eso le añadimos el abundante desfile de toros descastados y faltos de fuerza, se comprenderá perfectamente el terreno inverosímil que pisan hoy los toreros.

La Fiesta de las figuras no emociona. Su previsibilidad y monotonía son mucho más dañinas que las amenazas del Frente Popular Rojo y sus facciones vegano-animalistas. Lo que realmente aburre al aficionado es ver siempre lo mismo. Esperemos que el regreso de Talavante (en un incomprensible mano a mano con no se sabe qué toros) y la posibilidad de que José Tomás toree alguna corrida (dicen que ha encargado cuarenta muletas) revitalice el mortecino panorama taurino.