Una semana muy triste, llena de malas noticias, de noticias que pasaran a la historia de España. Lo que era algo impensable hace unas semanas, ahora es una realidad. Un gobierno que no tomó las suficientes precauciones, junto a una oposición que no tiene la suficiente responsabilidad ha acrecentado una epidemia que se ha convertido en pandemia y que puede derivar en la mayor crisis económica de la historia del siglo XXI.

Las principales ferias taurinas del mundo se tambalean ante un virus que se originó en China y nos lo contagio Italia. A nivel económico el desastre para muchas ciudades y sus ferias es palpable. Cerca de 30 millones de euros entre Valencia, Castellón y Arles. Tal vez esta temporada incluso más, ante el atractivo de ciertos carteles, como la reaparición de Roca Rey en Valencia,  la de Talavante en Arles, y los Adolfo en Castellón.

Esas son las primeras damnificadas, o las ferias más relevantes, pero lo cierto es que todo festejo se ha suspendido hasta nueva orden. Sevilla y Madrid lo van a tener muy difícil para celebrarse, incluso Pamplona puede correr peligro. Tal vez, la temporada empiece a mediados de julio, o tal vez, empiece en agosto.

Lo cierto es que ahora más que nunca, los aficionados tenemos que estar unidos, ser fuertes ante la incertidumbre, ayudarnos ante la debacle. Puede ser que se pierda gran parte de la temporada taurina, pero nunca perderemos nuestro sentimiento taurino, nuestra afición. El día que la normalidad se vuelva a instalar en España, las ferias vuelvan, el mundo taurino volverá a llenar las plazas.

Por Juanje Herrero