Después de meses sin escribir… vuelvo a la palestra. Ya no creo en nada, ni en nadie… solo en lo que veo, pero no en lo que nos quieren hacer ver.  ¿Queréis saber la realidad? ¿La verdad más absoluta de la Tauromaquia?

Solamente hay interés y engaños. Cambio de cromos y plazas. Ha muerto la improvisación y el toreo. Señores esto es una merienda de unos pocos. Basta ya de trincones y piratas. Basta ya del sota, caballo y rey. Basta de la hegemonía.

Todo lo demás… están a verlas pasar. Queréis nombres… ¿para qué? Si todos los sabéis. Entre todos la mataron y ella sola se murió.  Triste, pero cierto. Al final, tanto girar… y reconstruir, acabamos mareados.

Solo hay un par de empresarios que todavía no están corrompidos por el lobby taurino. Por lo menos tienen la ilusión intacta, y vienen con ganas de hacer algo que perdure y dicte cátedra. Renovarse o morir. Así de claro.

La nueva normalidad esta cerca, hay que empezar a preparar la temporada 2021. Tiempos de cambios, la hora ha llegado y para mañana es tarde. El año 2021 puede hacer que la tauromaquia vuelva a lo más grande, o caiga en un bucle donde cada día lo aguantan menos aficionados.

La falta de improvisación e imaginación es una losa que poco a poco está diezmando la tauromaquia,  hasta reducirla a un guiñol, donde unos cuantos dirigen las cuerdas entre bambalinas.

Que Dios nos pille confesados, y sino de Madrid al cielo. La el último réquiem… esta afinando las cuerdas. Ojalá que llegue ese cambio y volvamos a ser grandes.

Por Juanje Herrero