Joan Toni Álvarez Malondra y Joaquín Serra Cladera son dos jóvenes románticos que en el año 2016 la vida les puso en el camino una oportunidad única. Aficionados al campo bravo desde niños, los azares del destino se conjugaron para ponerles en la coyuntura de ser ganaderos de bravo. El sueño empezó a tomar forma tangible, y conscientes de la dureza de ser ganadero, no dudaron en elogiar a la isla de Mallorca con otra ganadería de toro bravos. En la isla ya existe la ganadería de El Onsareño.

Una punta de vacas de María Antonia de la Serna, encaste Santa Coloma, fue adquirida en noviembre de 2016. Más tarde varios sementales fueron aprobados de procedencia “La Ventana del Puerto”. Poco a poco, la ganadería Sres. Malondra y Cladera fue tomando forma en los pastos de la isla. En las fincas Son Rossinyol, Son Sant Marti y Son Dico pastan las reses de esta novel ganadería mallorquina, que está muy cerca de ingresar en la agrupación de toros de lidia.

Actualmente la ganadería cuenta con 22 madres y 2 sementales. Su primera camada no fue del todo redonda, solo 8 hembras y 4 machos fueron alumbrados en la intimidad del campo. Con esta segunda camada tienen muchas esperanzas puestas, probablemente todas las hembras estén preñadas de esta original mezcla de sangres, Santa Coloma y Domecq. Tal vez, dentro de muchos años, estemos hablando de la creación de un encaste propio. ¿Quién sabe?

Ser ganadero de encaste minoritario en la península es muy difícil, pero ser ganadero de bravo en la isla es sencillamente puro romanticismo por la versión más pura de la tauromaquia. En ellos recae el peso de la historia de criar toros en Mallorca. Muchos han fracasado, pero eso no les asusta, ni tampoco el esfuerzo que supone criar un animal, sin saber el destino final. Muchos son los aficionados que se han volcado en su andadura, y que les ayudan en lo que pueden, como el banderillero Gabriel Nadal, Jaume Pons –que fuera ganadero de bravo Mallorquín-  y el aficionado Miquel Torrens.

No tienen ninguna prisa por lidiar, ni pensar en el futuro. Tienen la intención de hacer las cosas con calma y bien desde el principio. La selección será fundamental para cimentar desde abajo la ganadería, que tal vez se convierta en símbolo del aficionado taurino de Mallorca. Una selección exigente, el mejor negocio para asegurar el futuro. “Dar especial relevancia a la suerte de varas en la tienta, es un barómetro fundamental de la bravura. El desarrollo a lo largo de la faena de muleta también será tomado en cuenta, se medirá la transmisión, el recorrido, la clase, la codicia, la casta”. En unos años, y muy despacio estarán preparados para las novilladas sin caballos, para evaluar desde abajo su producto final.

Una grata sorpresa ha sido conocer a una nueva ganadería en las islas Baleares que sueña con crecer y formar parte del mundo taurino. El trabajo será incansable por mantener y dar forma a un sueño, que aunque el principio ya se cumplió, todavía falta andar el camino. Muchos serán los obstáculos, pero muchas también las satisfacciones que a estos dos ganaderos les esperan en su aventura.

Por Juanje Herrero