Cuando converso con alguien a quien admiro procuro que no parezca que le estoy dorando la píldora ni que la entrevista derive en  preguntas como las que ya le han debido hacer cuarenta mil veces, aunque ese interés por las cuestiones importantes siempre prevalezca, mucho más en esta ocasión como es la de encontrarse con un torero que muestra su sensatez ante la vida con la misma naturalidad con la que asienta las zapatillas en la arena ante el toro.

Si antes del coronita ya interesaba conocer la opinión de Sául Jiménez Fortes acerca de la travesía actual del toreo, mucho más interesantes son ahora sus reflexiones, cuando sobre la situación que ha generado la pandemia nos cuenta que no es blanco ni negro, ni lo que se obtenga de los movimientos que está habiendo será la panacea ni tampoco que se vaya a acabar el toreo. Estoy percibiendo cierto sentimiento de unión y una gran toma de conciencia sobre la remodelación. Por un lado tenemos que cambiar de manera interna lo que no está funcionando en el sector en cuanto a la promoción, al funcionamiento de los festejos, los gastos que hay en una corrida de toros y la pérdida de tantos pueblos que ha habido, y de aquí tiene que venir ese comienzo aunque no estoy muy seguro si conseguiremos concretarlo porque es algo que depende de muchas personas y que llevará tiempo, pero me alegra que por lo menos esté habiendo la intención. 

Y hacia afuera, con respecto a la imagen que podemos trasladar es importante esa unión, la toma de acción para reivindicar nuestro derecho a lo que somos y en este sentido sí que estoy convencido de que vamos a salir más fortalecidos y con menos complejos. Si somos capaces de explicar bien lo que es el toreo nos ganaremos el respeto de mucha gente, sobre todo algo que es muy importante y que ha venido a colación de la campaña “La cultura no se censura”, creo que a la mayoría de gente –no ya al antitaurino porque ese no debe ser nuestro objetivo ya que no lo vamos a convencer-, pero a las personas que son neutras o que van alguna vez a los toros, –que son la gran mayoría- este tipo de acciones y reivindicaciones sirven para que se integre el mensaje de que los toros son cultura y sobre todo que nadie te puede prohibir actividades del día a día, y muchas personas se nos pueden unir ante la llamada de respeto a la libertad. Esto será un paso importante y un punto de inflexión.

Incluso este año los aficionados están deseosos de ver toros y aunque la sociedad va a salir muy tocada económicamente, nuestra cultura mediterránea nos convierte en una sociedad hedonista y que quiere disfrutar aun cuando ha pasado algo tan duro, y creo que las personas en cuanto se lo puedan permitir van a gastar su dinero también en ocio. Aquí vamos a estar el tiempo que estemos, en cualquier momento el mundo se para porque es impredecible y en ello el toreo va a jugar un papel importante.

La conversación va adquiriendo hondura cuando hablamos sobre la incidencia que pueda tener sobre las personas que el mensaje de que los ataques contra los toros lo son contra la libertad, y Saúl está convencido de que la responsabilidad individual es muy importante y que las cosas no las va a cambiar ni el toreo, ni la política, ni la economía, ni el gobierno, ni la fundación, ni los empresarios, porque esto lo tenemos que cambiar entre todos. Pienso que si cada persona a quien le gustan los toros fuese capaz de hablar desde su corazón sobre que significa el toreo en su vida a los cientos de contactos que tiene en la familia, en el trabajo o con los vecinos, desde mi propia experiencia te aseguro que todo cambia cuando se muestra esa pasión. Incluso personas antitaurinas me han mostrado su respeto, pero hay que perder el miedo a hablar y a ser juzgado. Esto lo echo de menos en ocasiones en el aficionado, que ya hace mucho pagando su entrada y sustentando el espectáculo. Es verdad que es arriesgado, que te pueden despedir o sufrir otras consecuencias, pero si lo comparamos con el paradigma que hubo en Estados Unidos cuando el racismo, veremos que no se solucionó con leyes sino cuando los perjudicados se echaron a la calle a exigir sus propios derechos y ser respetados.

Que todos podemos hacer algo es lo que subyace del planteamiento de Fortes y lo considera como una acción que debe ser principal para cada uno de nosotros, aunque no todo el mundo puede llevar a un amigo al campo a conocer una ganadería, porque esto es cosa del ganadero y de algunos toreros, todos los que tenemos la tauromaquia como parte de nuestra vida podemos aportar algo, todos tenemos una misión por pequeña que parezca.

La deriva de la tertulia nos lleva hasta la manera en que el parón causado por la pandemia ha puesto a todos los toreros por igual en una situación de inactividad, ante el cero en una raya en la que más de uno estará tratando de comprender pensamientos que nunca antes tuvo en su cabeza, sin embargo Saúl prefiere reformular la pregunta porque no estoy en la mente de los demás y cuando llegó el confinamiento yo venía de estar año y medio completamente parado por mi lesión y justo cuando ya estaba preparado para torear ha venido esto, por lo que se puede sumar otro medio año o un año o lo que toque. Lo tienes que aceptar porque las cosas vienen como vienen, efectivamente está afectando a todos los toreros y por tanto nos tenemos que apoyar unos a otros.

Sobre mi preparación, por momentos también he pasado por la desazón como todos, pero rápidamente he vuelto a mi rutina y a mi preparación porque al final ser torero es mucho más allá que tener una tarde concreta, es una forma de vida que tienes interiorizada que te ayuda a ser feliz y como pienso que todo lo malo va a pasar no se puede perder la oportunidad de seguir preparándote y puliendo aquello que sea necesario.

Si uno tiene puesta la mente en el toro, todo lo que ocupe tu vida cotidiana lo reflejas como torero. Por eso una situación excepcional como esta también sirve para apreciar muchas cosas, como por ejemplo cuando hemos salido del confinamiento y me he vuelto a poner delante en un tentadero o como saboreo cada vez que ahora voy al campo, y eso como artista también te potencia. Verlo con optimismo es lo mejor para mí y confío en que se puedan dar algunas corridas si las condiciones de salud lo permiten.

Finalizamos la charla hablando sobre sus recuerdos en el colegio de los Salesianos de Málaga y con el propósito de compartir mesa así como un buen arroz en la primera ocasión que haya.

¡Suerte!

José Luis Barrachina Susarte