LA ESTOCADA: La campana salvó a Juan Pedro
No fue la tarde deseada para Juan Pedro en Madrid porque sus toros, pura birria en todos los sentidos, apenas permitieron nada válido en el transcurso de la tarde. Fueron gazapones, blandos, algunos inválidos; sin peligro aparente ninguno, pero totalmente insulsos para la lidia. Como sería la cuestión que, el segundo de El Juli, cuando