En esta semana entramos en la recta final para el gran homenaje al maestro Manzanares. Quien fuera uno de los toreros prodigio, especialmente en la década de los ochenta, cuando se dieron más figuras por metro cuadrado de toda la historia de la Tauromaquia. Si los muros del cortijo «Ronda ganadera» hablaran, nos podrían contar las idas y venidas, la cotidianidad entre luces y sombras de quien fuera torero de toreros. Y quien sabe, igualmente nos dirían de su misteriosa muerte, como lo fuera su toreo.

Los últimos festejos nos han dejado resultados previsibles, ejemplo claro sería la feria granadina. El clamor de los aficionados ya es más que patente; ni pandemia, ni crisis, ni nada han logrado desbancar el sistema enfermizo que los gurús del toreo han creado. Para ejemplo: la novillada que mataron Morante, Manzanares y Aguado. Como diría el taurino Solana, con la de cinqueños que hay en el campo, ¡y tener que terminar de esa manera!, ¡un «matillazo» en toda regla!..

De las cosas que nos interesaron como aficionados estuvo en los festejos de Cuéllar, la ciudad segoviana que realiza los encierros más antiguos de España. Allí se anunciaba una corrida de Partido de Resina, que puso al personal en jaque; una plaza con ambiente no de feria, sino de aficionados toristas. El festejo tuvo de todo, toros de espléndidas láminas, pero también hubo varios ejemplares con pitones tan romos como plátanos. El único que anduvo en positivo fue Javier Castaño; tanto Gómez del Pilar como Morenito estuvieron dubitativos con sus toros, deseando que el árbitro pitase el final. Lo más meritorio estuvo en banderilleros como Joao Ferreira, Fernando Sánchez y Cebadera.

Una semana antes de lo de Cuéllar, vimos un festival benéfico en Toledo. Tuvo mucho interés lo que vimos, y los novillos-toros de Alcurrucén dieron excelente juego. De los actuantes  nos gustó el venezolano Jesús Enrique Colombo; la disposición y ganas de este joven torero, la intensidad de su toreo, así como su implicación en los tres tercios dejaron una ráfaga de entusiasmo de alguien que quiere ser figura. Nos acordamos de aquel toro de Saltillo en Las Ventas, de cómo marró un gran triunfo con la espada. Colombo es un torero con mucho que decir, con un futuro latente y sumamente esperanzador, aunque su nombre no figure en ferias como Alicante o Castellón, por poner un ejemplo.

Giovanni Tortosa