No deja de ser un tema controvertido, que ha generado cierta literatura donde se han ponderado las injusticias cometidas a este colectivo taurino. Lo más reciente que hemos leído al respecto procede del libro: «Los toros desde la izquierda«, cuyo autor es el aficionado y político Eneko Andueza. En las doce páginas que Eneko titula como «La tauromaquia es lucha feminista», el lector palpa una atmósfera donde machismo y feminismo mantienen una esgrima áspera.

Se tacha al mundo taurino de machista para denunciar las trabas recibidas por algunas toreras, especialmente los vetos ejercidos por toreros hombres. Es evidente que una de las banderas de propaganda socialista es el feminismo, pero convendría recordar que durante toda la historia del toreo, esos vetos han existido entre los propios toreros hombres; ejemplo reciente sería Iván Fandiño.

Se han dado momentos épicos en esto de los vetos, como el ejercido por los toreros españoles promovido por Marcial Lalanda al grupo de toreros mexicanos comandados por Armillita y Lorenzo Garza, que en la década de los treinta lideraban el escalafón español. Los espadas españoles no soportaban el tirón que los aztecas tenían en los cosos y decidieron llevar a cabo dicha prohibición. Después llegarían más vetos.

En los sesenta, Luis Miguel junto a Antonio Ordóñez conformaron varios grupos de toreros, vetando a otros tantos. Luego, Antonio Bienvenida sería vetado por aquello de denunciar el afeitado; también claro, por sus propios colegas. El Cordobés y Palomo lo fueron por los empresarios de la época, al no acceder a sus peticiones económicas. Y si nos remontamos al siglo diecinueve, podemos ver a Bombita y Machaquito siendo vetados por el empresario de Madrid, tras el famoso pleito de los Miuras, donde estos prestigiosos espadas pedían más dineros si se trataba de lidiar los toros de Zahariche.

Entre los denominados caballeros rejoneadores, también ha planeado la sombra vetadora y lo más conocido por todos es el surgido entre Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura. Y si tiramos de historia, podríamos seguir añadiendo cientos de casos dados a lo largo de varios siglos de tauromaquia.

Lo más curioso es el torero Marcial Lalanda, cuyo pasodoble decía que él era el más grande, y que auspició el veto a algunas mujeres toreras y después, -como dijimos anteriormente-, fue quien propuso vetar a los mexicanos. No sabemos si estas cuestiones fueron las que irónicamente, inspiraron a los que bautizaron la escuela taurina de Madrid, con el nombre de Marcial Lalanda.

Giovanni Tortosa

En la imagen, Cristina Sánchez, el icono más emblemático de la mujer en los toros en los últimos cincuenta años.