En los últimos fines de semana estamos asistiendo a bastantes festejos donde son protagonistas alumnos de escuelas taurinas. Son ciclos eliminatorios, donde alternan varias escuelas al unísono. Desde que Canal Sur Andalucía iniciara esta modalidad, se han sumado otras entidades audiovisuales, dando una cobertura mayor a estos festejos, donde tanto se juega el futuro de la tauromaquia.

También, el espacio taurino de la 2, «Tendido Cero» se ha sumado a este interés, ofreciendo amplios reportajes sobre el trasfondo de algunas escuelas. Hace un mes, este programa nos regaló un maravilloso contenido acerca de la escuela de Alicante, dirigida por el torero Francisco José Palazón, siendo colaborador directo el banderillero Álvaro Oliver. Y este pasado sábado era la escuela de Badajoz la gran protagonista. Un centro taurino que ha dado la mayor cantidad de novilleros en los últimos años, bajo la dirección de quien fuera un torero honesto, de una valentía enorme como Luis Reina. De Luis, recordamos sus faenas a toros de ganaderías duras, y especialmente el recibimiento a «porta gayola» que le hizo a un Victorino en Las Ventas. Era la primera vez que un matador se atrevía a semejante suerte con un cárdeno de la A coronada.

De todo ello, lo mejor es saber  la enorme calidad que existe en muchos de los aspirantes. La rivalidad entre ellos está ahí; intensa y reveladora. También nos satisface, que en la actualidad, aparte de sus profesores, estos alumnos tienen más espejos donde mirarse: Pablo Aguado, Juan Ortega o incluso el veterano Urdiales. El escaparate del toreo bueno se ha abierto en los últimos tiempos, y posiblemente del Juli sólo podrán envidiar los números de su cuenta corriente, pero no su forma de entrar a matar. Del mismo modo podríamos dar otros referentes de nuestras amadas figuras, que van dejando de ser icónicas.

La problemática para estos aspirantes a la gloria, llegará cuando tengan que cumplir con las 25 novilladas con caballos, que son necesarias para llegar a la soñada alternativa. Y visto lo visto, durante tantos años, se nos antoja que lo más importante para el triunfo de un futuro torero es encontrar el «ideólogo» que les aporte carisma, sentido a su arte, y una ubicación personal y diferente entre la torería. Algo así como lo fuera Antonio Corbacho con José Tomás y posteriormente con Alejandro Talavante. En el planeta taurino podemos encontrar personajes de lo más variopinto y diverso, pero Corbacho sólo hubo uno.

Giovanni Tortosa

(En la fotografía podemos ver a Íker Ruíz, firme promesa de futuro de la escuela alicantina)