En 1976 nace cerca de Arles la ganadería de Turquay de la mano de Jean Francois. La pasión del campo camargues y el toro bravo hizo a este ganadero emprender una aventura que dura hasta la actualidad. Los comienzos fueron difíciles, duros, y muy fieles a las ganaderías existentes en el campo bravo francés, vacas de Tardieu, Gallon y Pourquier conformaron una amalgama de sangres, que no acabó de prosperar.

En el año 1996 las 100 vacas y 2 sementales que conformaban la ganadería de varias sangres fueron eliminadas. Entonces es cuando la actual ganadería empieza a coger forma al comprar 25 vacas de Pablo Mayoral y un semental de encaste Santa Coloma. En 2014 se aumentó la ganadería con 10 vacas y 3 sementales de la ganadería de José Buendía del Cid. En 2019 la ganadería volvió a crecer y refrescarse con 18 vacas de la misma procedencia que la anterior.

En la actualidad la ganadería de Turquay cuenta con 25 vacas puras de encaste Buendía y 60 vacas de Pablo Mayoral, para mantener la bravura de su ganadería cuentan con 3 sementales puros de Buendía y un semental puro de Pablo Mayoral.

Jean Francois y su hijo Manuel Turquay luchan cada día por dar forma a un sueño que la temporada que viene cumplirá 25 años. Una batalla constante donde la exigencia del territorio camargues se hace evidente en sus animales. Con superación, esfuerzo y coraje se van ganando al exigente aficionado francés. Dicen que uno no es profeta en su tierra, tal vez Turquay será la excepción ante tal afirmación.

La humildad se junta a una pasión desmedida, llena de empeño, y arrojo  por conseguir formar parte de la historia, e instalarse en el corazón del aficionado. Muchos son los momentos que han dejado atrás hasta llegar a la temporada 2020, algunos buenos, otros malos, pero siempre con el orgullo intacto de luchar de frente, avanzando por el camino que les manda su integridad, sin salirse.

Una temporada 2020 que será su debut con un toro en la concurso de Saint Martín de Crau, también tienen preparado un novillo para conquistar el anfiteatro de Arles. Para rematar la camada cuentan con dos novilladas sin picadores esperan destino en el suroeste francés.

Unas buenas temporadas van consolidando poco a poco a la ganadería “Santacolomeña” de Turquay. Para llegar a este momento hay un trabajo muy concienzudo de selección, donde las características de bravura, transmisión, entrega, ritmo, nobleza y clase se tienen que interpretar correctamente en el examen final del tentadero. El caballo es indispensable, igual que la exigencia, 5 varas mínimo con alegría en el son de la vaca.

Mucha expectación hay puestas en los grises del campo bravo francés. Cada día son más los aficionados que han escuchado hablar de esta ganadería que lidia novillos con mucho poder en las plazas. El trabajo ya está hecho, y la temporada va a empezar. Ya todos podrán ver el resultado final.

Por Juanje Herrero

Fotografía Melanie Huertas