Los tres novilleros cortan una oreja en los últimos ejemplares de una variana novillada de Condessa de Sobral
Nuevamente, Condessa de Sobral demostró que es una gran ganadería, y que su idilio con Cuéllar cada vez es mayor. Pero ante unas reses tan exigentes, no todos los novilleros son capaces de estar a su altura.
Pablo Atienza llegaba a este compromiso sin haber hecho el paseíllo esta temporada. Su primer novillo, un melocotón bajo y hondo, no le permitió lucirse en el saludo capotero, pues echaba las manos por delante. Comenzó la faena con unos doblones, y al coger la muleta con la diestra, el novillo se venía al toque y se iba largo, aunque le costase repetir. Embistió a media altura y a Pablo le costó cogerle las distancias y darse cuenta de que había que atacarle y dejársela puesta en la cara. Una estocada que hizo guardia y un golpe de verdiguillo pusieron fin al trasteo. Palmas para el novillo y ovación para el novillero.
El segundo fue el novillo de la tarde, y le tocó a De Manuel. Durante los primeros tercios el salpicado novillo fue un tanto incierto, y salía con la cara alta de todos los capotazos. Y en la muleta fue la explosión. Se arrancó de lejos y galopando durante toda la faena, y se iba muy lejos, humillando en el embroque y acentuando el defecto de los primeros tercios. Así fue durante todo el trasteo, pues tuvo fondo a pesar de evidenciar las querencias del encierro. Francisco le sacó buenos muletazos de mano baja y mucha largura, a pesar de que le tocó mucho las telas. La espada se llevó la posible oreja. Silencio y ovación para el novillo.
Abanto también fue el tercero burraco, bizco del pitón izquierdo, pero muy entipado. Se arrancó alegre en el segundo puyazo y empujo, en el primero fue al relace y salió escupido. Humilló y fue largo en los doblones de Diosleguarde. También tuvo mucha prontitud y movilidad, y a pesar de su buen embroque, salía del muletazo pegando un gañafón. Por el izquierdo embistió más asentado y por ahí llegaron los momentos más destacados de la tarde me atrevería a decir. Tuvo fondo y Manuel lo supo aprovechar. Estocada un tanto defectuosa. Tardó en doblar el animal y la gente se enfrió. Vuelta al ruedo tras aviso y petición, y nuevamente ovación para el de Sobral.
El cuarto fue una pinura. Ensabanado capuchino botinero y careto, nada menos. El novillo mejor presentado de la tarde, que recibió una ovación. Se le pegó bastante en varas. En la muleta fue parecido a su anterior oponente, el primero. Noble y algo parada, le costaba repetir a pesar de su buena condición en los muletazos sueltos. Atienza no se cruzó y le faltó atacar más al novillo. Pinchazo muy caído y una estocada trasera y caída, de fulminante efecto, generaron la petición del trofeo.
Hondo y fortísimo fue el negro quinto, que salió un poco acalambrado de los cuartos traseros y sufrió una espectacular voltereta. Abanto en el capote, como sus hermanos. En la muleta acudía al toque y tenía mucho recorrido, a pesar de que le falto un plus de fuerza y/o raza. Francisco De Manuel no anduvo fino a la hora de elegir las alturas y distancias, le atacó muy en corto y le bajo mucho la mano, y a eso hay que añadirle que le cogió mucho la muleta. Aprendió el novillo y De Manuel aprovechó las inercias de la querencia. Una estocada valió la oreja. Las mulillas arrastraron rápidamente al novillo y nadie se dio cuenta.
Y cerró plaza otro burraco muy _Torrestrella_. Se cruzó por el pitón derecho en los capotes, y después fue picado penosamente en dos excesivos encuentros, en los que se dejó pegar. No tuvo clase en el inicio de faena. Siguió con la misma condición por ambos pitones, aunque Manuel Diosleguarde si inclinó más por el izquierdo. Se acabó rajando el novillo portugués y el salmantino dejó una estocada en el rincón de Ordoñez, que precedió a la concesión de un trofeo.
*Plaza de toros de Cuéllar. Novillada con picadores*: Novillos de Condessa de Sobral, muy bien presentados y de juego variado. Destacaron los encastados 2º y 3º.
- Pablo Atienza: Ovación con saludos y oreja.
- Francisco De Manuel: Silencio tras aviso y oreja.
- Manuel Diosleguarde: Vuelta tras aviso y petición y oreja.
Por Quique Giménez