Valdemorillo. Un año más. Sí, el pistoletazo de salida. En ese recóndito y encantador pueblo madrileño. Castizo, muy castizo. De nuestra España rural, tan valiosa y preciosa, además de preciosista, con tan ricos detalles, matices y encantos que desbordarían de belleza la mayor y mejor de las obras costumbristas. Esa España rural, tan denostada y menospreciada por ignorantes urbanitas y un animalismo contrasentido, antinatura y perverso. Esa tan fiel a sí misma y a nuestras entrañas, que quiere hacerse oír.

 

Valdemorillo y su Feria de San Blas tienen un rasgo de inigualable fuerza, casi visceral, que transciende lo humano, lo físico: su Feria taurina. Y un Ayuntamiento ligado y respetuoso, además de conocedor, de la esencia de la institución: ser del pueblo. Por ello, el Consistorio abandera la idiosincrasia del lugar, y le da lo que quiere: toros. Ninguna las casas consitoriales se lo ha negado a su gente, y han situado en el mapa a Valdemorillo. Por eso, Valdemorillo es más pueblo, con toda la categoría que ello merece, porque un pueblo sin toros es menos pueblo.

 

Este recio y duro pueblo, con una Feria de similares condiciones, por la animadversión climática, ha sido foco de oportunidades y de lanzamientos. ¿Quién no recuerda la transcendencia que tuvo Valdemorillo en la carrera del malogrado Víctor Barrio? Y, hablando del castellano, ¿a alguien se le ha olvidado el emotivo brindis de Iván Fandiño al padre de aquel? Víctor e Iván, Fandiño y Barrio, cerraron un fatídico ciclo del que nadie puede olvidar por su dureza y verdad, tan necesario en la realidad de la tauromaquia: última tragicomedia ibérica en la que se sigue muriendo.

 

En la presente temporada, no se ha defraudado a nadie. Dos interesantísimos carteles, sin olvidar la novillada. Conjugación de los conceptos que sobre la Fiesta versan, igual que modos de interpretar este arte, por lo que se refiere a los coletas. Y como no podría ser de otra forma: los animales reseñados tienen la dignidad e integridad suficiente, acorde con la categoría del coso. Esa es nuestra mayor defensa. Y por respeto a tantos nombres que todos recordamos, y a tanta sangre derramada por una gloria, por una verdad.

 

Desde torosdelidia.es, enviamos nuestros mejores deseos a todos los implicados.