Mal ha empezado el asunto, y es que la empresa ha tenido la poca decencia y el poco honor de dar a conocer los carteles de la Feria de Nª. Sª. De San Lorenzo a través de sus perfiles en las redes sociales, huyendo de manera cantosa de someterse a un veredicto cara a cara con el público, y por si acaso cualquier persona hace un comentario negativo sobre la feria, el sujeto que maneja los perfiles te borra lo borra para qué todo sea un mundo feliz. Yo a esto lo llamo cobardía y censura.

Y sin más preámbulos, vayamos con los carteles. Lo poco positivo que saco del serial es la novillada. Una nueva oportunidad para tres chavales, una afición y una ganadería poco vista. Esperemos que ese día salgan bien las cosas. El siguiente cartel debe de ser en honor a San Matilla. No le van a caber los fajos de billetes en los bolsillos, pues sacará tajada como empresario, ganadero y apoderado. Una combinación pésima que junta a un veterano pasado, una figura que agrada al público de Gin-Tonic y Montecristo, y un lesionado Roca Rey. Todo ello junto a una ganadería tan descastada como García Jiménez, que después del petardazo, en todos los aspectos, de Mayo, vuelve para engañar nuevamente a los asistentes. Conmigo que no cuenten.

El siguiente día vuelve la ilusión Pablo Aguado, con Enrique Ponce y El Juli, que se sabrá las reatas de los oponentes a la perfección. Cartel calcado al de Bilbao, con ganadería incluida. Poca originalidad y venga, carteles como churros que atraigan al público del día anterior. Morante abre el cartel del día siguiente, y estará acompañado por Miguel Ángel Perera y nuevamente Roca Rey, que sigue sin dar noticias sobre su recuperación y se supone que vendrá dos tardes. El día antes a cada actuación sabremos su sustituto. Los toros de Juan Pedro Domecq, que tras su triunfal paso por Valencia, Sevilla y Madrid, vienen a Valladolid. No habrá cosas de Domecq que embistan.

Y se despide de la afición pucelana El Cid, junto con López Simón y Ginés Marín. Los toros de El Pilar, que tras recibir el premio al mejor toro de la Feria de 2018 regresan a Valladolid. Y López Simón con ellos, incomprensiblemente, pues su toreo peca de poca transmisión y excesivos defectos. Ginés Marín se estrena en la que no está siendo su mejor temporada. Qué bonito cartel hubiera sido cambiando la ganadería titular por la de Fuente Ymbro y que El Cid estuviera acompañado por Paco Ureña y Emilio de Justo, que tras ser el triunfador del año pasado va a ver la feria desde su casa.

Y finalizará con la corrida de rejones, que este año descansaremos de los Mendoza y de Vicens. Cosa que se agradece.

Por Quique Giménez