La corrida de Osuna daba el pistoletazo de salida a la temporada taurina en Andalucía. La primera de la nueva normalidad ha dejado un sabor agridulce. En un ambiente festivo y distendido, con una mezcla entre corrida y fiesta campera, el marco ideal para crear afición. O tal vez … no. En esta nueva normalidad, Enrique Ponce se ha erigido como protagonista principal, de una trama que no beneficia en nada a la tauromaquia.

Un fin de fiesta que ha empañado el buen sabor de boca con que se iba degustando la corrida. Un final inesperado que deja en muy mal lugar al torero malagueño Javier Conde. Lo siento, no hay excusas.

Los toros de Julio de la Puerta han sido bravos, con motor y nobleza. Una corrida con personalidad y posibilidades para cualquier torero, menos para Javier Conde. Una corrida arreglada en su totalidad, las autoridades pertinentes habrán cerrado los ojos por el bien del espectáculo y en detrimento de la tauromaquia.

Diego Ventura ha vuelto a dar una lección de maestría y valor. La noche no ha sido redonda. Como ganadero no han rodado bien las cosas, los toros no han tenido motor y se han acabado muy pronto. A pesar de todo eso, ha estado en figura, recurrente, arriesgado, capaz y solvente. Ha toreado de mil maneras dejando ver su variedad y la excelente doma que tienen sus caballos. Recuerden este nombre, “Capote” un nuevo caballo que dará muchas alegrías tanto a su propietario como al rejoneo. 3 orejas es el balance de una tarde, que revolucionó de arriba abajo.

Enrique Ponce o la nueva versión de como ser rentable a los cincuenta. A pesar de acusar en demasía las manías de siempre, ya saben el exceso de pico. La verdad que se le ha visto alegre y jovial. Ha dejado detalles y tandas muy toreras. Ha templado sus dos oponente, el primero de dos orejas, bravo y con codicia no lo ha mostrado mucho en la muleta. Tampoco ha querido salir a los medios con él. El segundo algo más áspero lo ha enseñado, por arriba, suave y lo ha templado para robarle dos o tres muletazos de mano baja. Con los aceros ha sido práctico. Oreja en ambas  faenas. Orejas y oreja en una tarde que no pasó de detalles y alguna tanda suelta.

Javier Conde ha pegado el sainete más grande de su carrera. Le han sonado los tres avisos en el 6 bis. No ha querido ver a ningún oponente. Ha sido una auténtica vergüenza. Por el bien de la tauromaquia que no toree nunca más. Si tuviera vergüenza torera se habría cortado la coleta. No beneficia a nadie que siga en activo toreando dos o tres corridas al año.  Ha salido de la plaza entre gritos de «Sin vergüenza» y «estafador», con eso se lo digo todo.

Por Roberto García 

Osuna (Sevilla). Sábado, 1 de agosto de 2020. Toros de Diego Ventura para rejones, sin motor; y Julio de La Puerta para la lidia a pie, desiguales de presentación y juego. Diego Ventura, dos orejas y oreja; Enrique Ponce, oreja y oreja; Javier Conde, pitos y pitos tras tres avisos. Entrada: Buena entrada, casi lleno aparente.