Me siento orgulloso de Villaseca de la Sagra, de sus certámenes, de sus valores, de sus ideas y pensamientos. Un pueblo de 1200 habitantes que promueve todos los valores que hicieron grande a la tauromaquia, y siendo ejemplo de integridad y variedad ante un circuito que cada vez le cuesta más poner esas palabras dentro de sus ferias.

Muy arraigada esta la tradición taurina en sus habitantes, ya en el siglo XVI y XVI se corrían toros por sus calles, incluso cuando el rey  Felipe V prohibió los toros Villaseca bajo la supervisión del Marqués de Montemayor era el único que podía celebrar festejos taurinos.

Las reses del Duque de Veragua pastaron cerca de ese mismo pueblo, interactuando sus habitantes habitualmente con sus toros. Muchas de esas reses fueron lidiadas en capeas, encierros y demás, recorriendo la calle Feria hasta la plaza mayor del pueblo que se engalanaba con sabor añejo, y vestía sus límites con palos. Esta plaza de palos estuvo enraizada en el pueblo, en sus fiestas, y sus festejos hasta finales de los años 70. La Hermandad de la Virgen de las Angustias era la encargada de recaudar el dinero y comprar los toros para el pueblo.

En los años 80, el pueblo vario el recorrido y los toros empezaron a pasar por la calle Ancha, para terminar en una plaza portátil. Por aquel entonces, el ayuntamiento de la localidad tomó la responsabilidad, y empezó a dar algunas novilladas, festivales.

No fue hasta el principio del siglo XXI, justamente en el año 2000 que nació el certamen del Alfarero, empezando humildemente, con trabajo y esfuerzo, contando con ganaderías locales celebraban 3 novilladas en sus comienzos, para consolidarse años más tarde con 5 y mantener la tradición hasta la fecha.

Muchos grandes novilleros han pasado por su plaza desde Bolivar a López Simón, desde Roca Rey a Daniel Luque, a otros muchos se les ha dado oportunidades, y otros como Luis David Adame han declinado ir. Todo empezóen una plaza portátil y poco a poco se modificó para ser una plaza de obra con un toque acogedor y añejo, recordando sus comienzos, sus valores y su honradez. Una plaza que cuenta con 2700 localidades y que esta temporada ha puesto el cartel de “no hay billetes” en varias ocasiones.  Que en su momento contó con la enfermería más equipada de toda la comunidad de Castilla la Mancha, siendo pioneros y estando siempre a la vanguardia, tanto de mejoras como en normativa.

Hoy en día Villaseca de la Sagra es el certamen de novilladas más prestigioso del circuito, sin tener nada que envidiar a ninguna feria del circuito mayor. Los novillos de Villaseca son seleccionados cuidadosamente, con trapío, bonitas hechuras y las defensas en puntas, como manda los cánones. La suerte de varas se ha convertido en un ritual, un momento importante en la lidia, que debe ser tratado como tal por todos los novilleros que por allí pasan. Se luce el novillo y el picador. Se le rinde homenaje al toro, a la variedad de encastes y a la integridad.

Una lucha constante de todo un pueblo por mejorar, por ser fieles a sus principios, por crecer en el difícil mundo taurino, y poner al pueblo de Villaseca de la Sagra en el calendario de todos los amantes y aficionados al toro, al tercio de varas y al circuito “novilleril”. Ya entramos en la tercera década que este pueblo lleva remando a favor de la tauromaquia y sus valores más profundos, y hay que reconocerlo como se merece.

Por Juanje Herrero