Tras  cinco años de cautiverio porque la plaza de toros la tenían secuestrada unos políticos apestosos y aberrantes, capitaneados por un iluminado llamado Esquembre, hoy la Fiesta ha salido por la puerta grande en Villena y, su lado, todos los aficionados que hemos disfrutado de un espectáculo que un tipo fúnebre que en su día nos negó. Por cierto, Dios tenga en su gloria a Esquembre, es decir, alejado de la poltrona de la alcaldía de Villena que, como el mundo sabe, tanto mal hizo.

La gente como no podía ser de otro modo ha respondido de forma masiva con un lleno de categoría, sencillamente para poder escupir en la cara a todos los que decían que la fiesta no le interesaba al pueblo y, como se ha demostrado, el pueblo pedía toros, sencillamente porque es un espectáculo legal en toda España que, algunos dictadores, gandules, sinvergüenzas y vagos, amparados por el sillón de una alcaldía, prohibían los toros por sus cojones. Ha sido el caso de Villena como podría citar a decenas de pueblos de España que han tenido el mismo castigo.

Al final ha triunfado la verdad, la razón, la ley, la coherencia y el orden y, nosotros como aficionados lo hemos celebrado por lo grande, pese a que el actual alcalde de Villena, sociata por más señas, decía que cedía la plaza RESIGNADO. Desde luego, ese hombre, no es más tonto porque no entrena. ¿Cómo resignado? Oiga, señor alcalde, nada de resignación porque la fiesta es un espectáculo legal, otra cosa muy distinta es que el alcalde hubiera autorizado un puesto de droga en la feria sin que le gustase, ahí si cabría el término de la resignación.

Tras el paseíllo, como no podía ser de otro modo, ha sonado el Himno Nacional de España y, la plaza puesta en pie ha estallado en una tremenda ovación, la que certificaba que teníamos razón y que como españoles, los aficionados a los toros, tenemos todo el derecho del mundo a presenciarlo y admirarlo.

Por megafonía se ha dado las gracias a todos los participantes, a Victorino Martín en calidad de Presidente de la Fundación de Toro de lidia, a los toreros, aficionados, empresarios e incluso al ayuntamiento por haber cedido la plaza resignadamente, es decir, sin querer, pero que la razón es la que ha aplastado contra las cuerdas a los políticos de turno.

Todo lo mejor de la corrida en su conjunto sucedió, como he contado, antes de que saliera el primer toro de la tarde. Lógicamente, para este tipo de festejos, se trajeron seis animalitos de Alcurrucén, muy del agrado de las figuras y en honor a la verdad, salvo el sexto no han defraudado. Recordemos que teníamos un escenario de tercera categoría, por tanto, la exigencias son mínimas. Como decía un aficionado junto a mi localidad, los toros tampoco procedía que fueran de Palha. Seis toritos a modo para que disfrutaran los diestros que, como mérito mayor, éste no ha sido otro que ayudar para que los toros volvieran a Villena, algo muy de agradecer.

Eduardo Lozano se trajo para Villena cinco animalitos que se asemejanban mucho a un toro de lidia y, como sexto, se trajo al borrico que tenía en la linde su finca. Lo digo  porque el animalito se aquerenció en tablas y allí murió, sin que Palazón pudiera darle un solo muletazo.

El Fandi es el rey de los pueblos y tiene su mérito. Todos sabemos cómo será la tarde de David Fandila puesto que, antes del festejo se puede hacer la crónica y no yerra nadie con el resultado. Mejores o peores sus toros, él tenía igual; a ambos les ha banderilleado con soltura, los ha molido a derechazos y ha cotado todas las orejas que ha querido; nada nuevo bajo el sol.

El toreo lo ha puesto Manzanares que, en su primero había estado bien y había matado mal, en su segundo se ha cobrado la revancha para torear como los ángeles en una faena primorosa que, tras matar de un espadazo ha cortado las dos orejas.

Palazón que, apenas ha toreado en lo que llevamos de año, ha estado muy digno en su primero que ha esbozado muletazos de bello trazo para cortar una oreja. En segundo, el borrico antes mencionado, no tenía un pase y, para que le gloria fuera equitativa, le ha regalado al chico el sobrero con el que ha estado muy lucido y digno. Ha matado de media lagartijera y ha cortado otra oreja.

Al final, los tres diestros han salido por puerta grande que, si se me apura, siendo triunfal, ha sido lo de menos porque, lo grande, lo auténtico y que no olvidaremos jamás será aquel 7 de septiembre de 2019 en que, una vez más, Villena vibró con el espectáculo que tanto ama y que se llama la fiesta de los toros. Los aficionados han ridiculizado con su asistencia a los malditos politicos que todo lo prohiben y, sin duda, a las tres docenas de estúpidos y gandules que había protestando a las puertas de la plaza, cosa que entiendo porque esos veinte euros que cobran se los tienen que ganar.

Pla Ventura