¡Hoy salió el gordo! La Escuela Taurina de Salamanca ha sido galardonada con el Premio Tauromaquia Castilla y León 2019.
He de confesar que había hecho un pacto conmigo misma; consistía en dejar de contar lo que pienso al respecto de temas en los que triunfa la hipocresía. Muchas han sido las veces en las que se me da la razón en privado pero públicamente, los que presumen de tener «cojones» callan como meretrices.
Ni que decir tiene que los “pesebreros” al servicio del “taurinismo” local andan celebrando la noticia, como pollos sin cabeza, a bombo y platillo. Os adjunto el texto que acompaña a la concesión del premio:
«A la promoción de la fiesta de los toros y al fomento de la afición taurina mediante la búsqueda de nuevos valores que velen por la continuidad de esta tradición». Con este premio, el jurado quiere reconocer de forma singular «la labor de difusión entre los jóvenes de los valores culturales e históricos de la tauromaquia de Castilla y León realizada por la Escuela, ya que a lo largo de sus más de 30 años de actividad ininterrumpida, ha formado a cientos de jóvenes no sólo como profesionales taurinos -entre sus alumnos se cuentan importantes figuras del toreo-, sino, sobre todo, ha proporcionado a los jóvenes una formación en valores que son representativos de la tauromaquia como son el respeto a la tradición, el compromiso y el sacrificio».
¡Papá premia a mamá! Teniendo en cuenta que la Escuela Taurina depende de la Diputación y esta, a su vez, de la Junta de Castilla y León, los mismos políticos se premian entre ellos mismos y de rebote a los contribuyentes que somos quien mantenemos la escuela y su profesorado, pero claro, ante las aguas turbias que se movieron en la Escuela no hace mucho tiempo, había que darle una palmadita en la espalda y lavarle la carita que no lucía muy limpia ante la opinión pública.
La lógica de este premio es aplastante. Se premia a la Escuela Taurina por difundir la Tauromaquia, sí, sí, la Tauromaquia, no la física cuántica ni la mecánica del motor, ni la jota aragonesa, que quede clarísimo que la escuela taurina difunde la Tauromaquia. ¿Queda claro?
Yo veo un patinazo gordo en el premio cuando dicen que «ha formado a cientos de jóvenes no sólo como profesionales taurinos -entre sus alumnos se cuentan importantes figuras del toreo».
Van ustedes a perdonar mi ignorancia pero entiendo por «importante figura del toreo» al torero que no llama a las puertas de ninguna feria porque es el empresario quien le busca, y la figura elige ganadería, cartel y día… ¿»importantes figuras del toreo»?… Viti, Capea y Robles no fueron a la escuela. «Por figuras importantes del toreo» solo me salen esas como referentes más actuales y ya ha llovido desde entonces aunque haya habido sequía.
Lo que de verdad me cabrea, y mucho, es que otro año se ha quedado sin el premio el torero Andrés Vázquez, digno merecedor del galardón. Él sí que encarna en su cuerpo, cosido a cornadas, todos los valores de la Tauromaquia, el pundonor, la vergüenza torera, la torería, el valor… eso sin contar las 10 salidas por la Puerta Grande de Las Ventas; habría que echar las cuentas, pero apuesto que las «grandes figuras del toreo» que reza en el texto que han salido de la Escuela Taurina, no suman, en sus 34 años de existencia, las que ha conseguido el maestro Andrés Vázquez ni de largo. Mención aparte merece el hecho histórico protagonizado cuando a sus 80 años lidió y mató a estoque a un Victorino.
Parece ser que el extensísimo “curriculum” del maestro Andrés Vázquez, que además, recientemente ha estrenado «Sobrenatural», película de la que es protagonista difundiendo la Tauromaquia, amén de otras protagonizadas por él con la misma temática, no es suficiente para otorgarle el premio. Cuando el maestro ya no esté en condiciones de disfrutarlo se acordaran de él, en el mejor de los casos.
La injusta justicia de los estamentos políticos se vuelve a poner de manifiesto en estos premios.
Mientras haya personalidades como el maestro Andrés Vázquez sin el premio, otorgárselo a entidades que dependen directamente de organismos políticos, lo único que consigue es desprestigiar el galardón. ¡Pero bien visto, el desprestigio del premio va a juego con la opinión que de los políticos tenemos la ciudadanía.
¡Enhorabuena a la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Salamanca por el premio a la Tauromaquia de la Junta de Castilla y León. Papá premió a mamá.
Por Isabel Tabernero