Ayer, sábado 13 de junio, el ayuntamiento de Gijón ha concedido una prórroga extra al empresario taurino Carlos Zúñiga González, más conocido como Zúñiga Hijo; si señores, el mismo que dejo a su padre en la calle, y el mismo que traicionó Anoet al presentarse por detrás a Zaragoza.

En este año -2020-  sería el año de prórroga que concedió el ayuntamiento de Gijón a la empresa Círculos Taurinos como gestora de la plaza Asturiana.  Es normal que ese año de prórroga se conmute para 2021, algo que honra a la cúpula administrativa asturiana, pero… ¿Por qué ampliarlo hasta el año 2022? Esa es la idea que publico «El Comercio» en su edición del sábado. Mañana será la firma, a falta del visto bueno de los servicios jurídicos municipales.

En un escueto comunicado el ayuntamiento de Gijón otorgará plenos poderes del coso del Bibio a la empresa Círculos Taurinos hasta 2020, comandada nefastamente por Zúñiga Hijo. ¿A saber qué habrá inventado el empresario vallisoletano para seguir chupando del bote?

Un pucherazo en toda regla, sin rigor, ni justicia. Por la espalda, el modus operandi de Carlos Zúñiga Hijo, para que la competencia no le dé tiempo a reaccionar. Un hito sin precedentes que le da plenos poderes de “Bibio” hasta septiembre de 2022. Sabe todas las triquiñuelas, y lloros este personaje sin escrúpulos, amigo íntimo de los Lozano.

Por lo visto, al ayuntamiento de Gijón, le da igual que su feria taurina se vaya directamente a la ruina. Por lo visto, Gijón no quiere luchar por volver a ser una de las grandes ferias del norte. Un despropósito, aparte de una intromisión de la libre competencia.

Estaría muy bien que el ayuntamiento preguntara a unos cuantos profesionales taurinos. Todos ellos dirían lo mismo.

Una puñalada al corazón de la integridad, respeto y honestidad. Un disparate precipitarse de una manera tan irracional. Miedo me da, que les habrá dicho Zúñiga Hijo; todo un experto de la mentira y el engaño, un graduado summa cum lauden en la traición. Un personaje frío y desprovisto de sentimientos, un bochorno para cualquier aficionado que se precie. Un chantajista emocional, un fulero, en definitiva, un encantador de serpientes. Ojo con los pactos con el diablo, que siempre acabas pagando con tu alma.

Espero que algún empresario denuncie este despropósito total, y ponga un poco de cordura ante tan nefasta decisión. Ojala que el ayuntamiento abra los ojos y  conozca pronto a este personaje. Las peñas taurinas, ya saben quién es. Conocen su chulería, prepotencia, sus aires de superioridad y su falta de educación. Utiliza a las personas para sus propósitos, para sus fines, para sus intereses propios, y cuando no le interesa las tira a la basura, y las deja abandonadas.

Por Juanje Herrero