EL CUADERNO DE ENRIQUE MARTIN: «El síndrome de Estocolmo»
Resulta ya demasiado frecuente en esto de los toros el que uno tome el papel de otro, el empresario que es apoderado, ganadero y a veces hasta torero: el ganadero torero y empresario; el torero empresario y ganadero, además de comentarista. Y el aficionado, o quizá mejor, el que paga, no tiene ningún problema en