El próximo sábado, en la ciudad de Osuna en la provincia de Sevilla, tendrá lugar un cartel insólito cuyo resultado será el que tenga que ser, pero, merece la pena destacarlo por la singularidad de este. Toros de Victorino Martín para Antonio Ferrera, Rafael Rubio Rafaelillo y Curro Diaz. Imaginemos entonces cómo está el escalafón que, Curro Díaz es el tercero en discordia. Digamos que, para cualquier profano en la materia, el diestro de Linares podría ser un muchacho recién alternativado.

Pese a casi los cien años que suman entre los tres como diestros de alternativa, dicho cartel merece todos los elogios y, a su vez, todos los desagravios que queramos añadirle. Los Albaserrada de Victorino Martín siempre son una garantía de cara a los aficionados, pero, el terceto que se anuncia viene a denunciar lo que siempre he dicho, que los toreros siguen siendo eternos en el escalafón. Y de los tres diestros anunciados, el único que tiene derecho a estar en activo es Curro Díaz por aquello de su arte inenarrable que, para su desdicha le siguen poniendo trabas por doquier.

Antonio Ferrera y Rafaelillo ya han dicho todo en el toreo, digamos que en nada nos pueden sorprender y, tras tantos años en activo ya cansan, amén de que lo que están haciendo en la actualidad es recoger las migajas que queden por el camino. Oiga, diría el otro, ¿y si curro Díaz es contemporáneo de sus compañeros, como es posible que usted no les aplique la misma medicina? Está clarísimo, mientras que Ferrera y Rafaelillo ya lo han dicho todo, el linarense todavía es capaz de emocionar a todo el mundo con su arte, la prueba fueron sus últimas actuaciones del pasado año en Jaén y en Úbeda en que, su arte conmovió a propios y extraños, lo que certifica que Curro Díaz todavía es capaz de asombrarnos y emocionarnos, por ello debe de permanecer en activo mientras su cuerpo aguante que, para su fortuna, todavía le queda mucha gasolina en el tanque, amén del arte que desparrama en los ruedos cada vez que un toro le ayuda.

Todavía quiero añadir más, Curro Díaz, de los veteranos del escalafón, es el único diestro capaz de enfrentarse a cualquier tipo de ganadería y, lo que es mejor, crear arte frente a los encastadísimos toros de Victorino Martín como ha hecho muchas veces. Ya lo hiciera el pasado año en Linares con dicha ganadería y, a su vez, en otras plazas donde ha lidiado los toros de Galapagar.

Por supuesto que no tengo nada contra los toreros “viejos”, pero sí contra los que no tienen nada que ofrecer y quitan puestos a los chavales jóvenes. Entendamos que, en la pasada década de los ochenta del siglo pasado, el más longevo de aquellos años era Antoñete que, por cierto, tras tantísimos años como doctor en tauromaquia, su nombre empezó a sonar cuando tenía cincuenta y cinco años y, todavía le bastó y sobró tiempo para conquistar Madrid para siempre, llevar a cabo faenas soñadas para retirarse con casi setenta años pero, claro, estamos hablando de un torero grandioso, nunca de un pegapases cualquiera.

Tras lo explicado, creo que queda muy claro el motivo por el cual Curro Díaz debe de seguir en activo, sencillamente, como dije, por ser el dueño de su arte, aquel que comparte con los aficionados a los que nos sigue cautivando. Queda clarísimo que, la torería, en las manos de todo aquel que sea portador de la misma, hace milagros. La prueba es Curro Díaz que, pese a las trabas que tantos lugares le ponen para obstaculizarle en el ejercicio de su arte, todavía le sobra capacidad para soportar los envites de la ingratitud, sabedor de que su arte puede con todo.