Hemos seguido con atención las dos últimas tardes del Juli. Una en la plaza y la otra por televisión.

En la carrera de Julián creo que hay muchas más luces que sombras. Ejemplo de afición entrega y sacrificio. Hay que agradecerle que, en su primera época de niño torero fuera capaz de aficionar a mucha gente joven. Y que después se han hecho aficionados. Le hemos oído decir en estos últimos días de agradecimientos nombres de gente que en sus inicios le ayudó.

Uno es don Pablo Mayoral.

Los que recorremos las plazas de Madrid y alrededores desde hace tiempo, recordamos las muchas ferias que organizó el señor Mayoral. Nos alegra que El Juli lo recuerde, aunque bien es cierto que pronto se lo quitaron. Viendo las posibilidades del muchacho le llovieron ofertas y voló.

Tanto en América como en España y sobre todo en Francia no ha faltado en ninguna de las grandes ferias y con distintas ganaderías.

Cierto es que en estos últimos años se centró en Garcigrande y demás ganaderías de borricos obedientes que es lo que crían la mayoría. Algunos de Victoriano del Río y poco más.

La ruptura con Roberto Domínguez, se cuenta que fue porque Roberto ya no sabía dónde buscar ese torito tan especial. Y de ahí su paso por la casa lozano donde ha terminado su carrera.

Decíamos antes que ha dejado mucho más bueno que malo y lo repetimos. Madrid ha sido una plaza difícil para él, donde sólo ha faltado en dos San Isidros  por diferencias con la empresa.

Finalmente se ganó el respeto de Madrid con coraje y tesón, que eso le sobra. En su última tarde madrileña, se entregó como si tuviera hambre de toro. Una vez más el palco hace de las suyas. No da la que se merece y después tiene que regalar una. Muy tonto.

En Sevilla donde tampoco su carrera fue fácil entre orejas y cornadas fue entrando poco a poco. Con la baja de Morante le tocó abrir cartel y torear con el que venía de bajarse de los hombros de los sevillanos el día de antes. Igual otro hubiera dicho No. Un gesto más de torero. Cierto es que la corrida era muy a modo del día. Un primer toro Impresentable para Sevilla.

Los del micro empezaron diciendo toro de plaza de primera terminaron diciendo que no, que muy simple de cara. ¿En qué quedamos?

Redondeó una digna tarde en Sevilla y se ganó el respeto de la afición sin abrir la puerta del príncipe. Que en definitiva es lo de menos. Enhorabuena torero. Larga vida y  gloria eterna.

Rafael Ortega