Una institución del campo bravo ha decidido irse de lo que ha sido su vida, la ganadería brava. La casta, y sobre todo la casta brava, ha sido el santo y seña de don Fernando Cuadri. Hombre sencillo, de campo, y enamorado del toro capaz de ganarse el respeto y la admiración de todos los que compartimos su pasión: el toro bravo. Déjenme incidir en la bravura y en el toro, porque ambos son indisolubles a don Fernando Cuadri.

 

Tras cuarenta y seis años al frente de la ganadería que fundó su padre, don Celestino, han sido muchos los éxitos cosechados. Madrid fue la referencia, pero sin olvidar todos aquellos cosos donde se anunció. Sería demasiado atrevido enunciar una lista, porque sin duda olvidaría a muchos. Han sido tantos… Sin embargo, ahí ha dejado un legado, histórico y ganadero. Será muy difícil igualar lo que don Fernando logró, pero nadie duda en la capacidad y en la preparación de los sucesores.

 

Se quedan al frente de la ganadería Celestino, Fernando, Luis y Antonio, hijos y sobrinos de don Fernando. El lado ganadero se marcha, pero con un hasta luego o un hasta ahora, porque siempre quedará su obra y su recuerdo. Sin duda contribuirá a la buena marcha de la ganadería con su sabiduría del campo y del toro bravo. Por ello, desde torosdelidia.es queremos desear toda la suerte del mundo a don Fernando y a sus sucesores.