La corrida del domingo 11 en Madrid será probablemente la de peor entrada de los últimos años, incluidas las novilladas. Y lo llaman desafío ganadero. Más bien limpieza de fincas y corrales. Hace tiempo que Florito dejó de ser veedor de las reses que se siguen lidiando en Madrid, y bien que se nota. Lo de este domingo fue lo más. Toros serios, sí. Con cara, sí. Feos y fuera de tipo también. Y con ese material ponen a tres valientes que apenas torean. Así es imposible estar medio bien.
Paco Ramos, Damián Castaño y Luis Gerpe son tres víctimas de quien haga los carteles de Madrid, que vete tú a saber. ¿No había ningún mejicano para este cartel? Igual que quitan puestos en feria podían poner alguno en este terceto, pero no.
Es cierto que un toro de Valdellán fue bueno y Castaño estuvo bien con su enemigo, una pena que fallara con la espada. Pensar que este tipo de toreros pueden triunfar con ese material es como esperar la bonoloto. Y no es que no sean capaces que lo son. Pero toreando tan poco es muy difícil. Pongan ustedes a dos más toreados y uno de estos por favor. Eso es querer estrellarlos. El ansia de triunfo les hace anunciarse. Pobrecillos. Los allí presentes contaban como mil personas en la plaza. Ya menos imposible. Para colmo, el agua que cayó. No cabían más desdichas. Consejeros pocos o ninguno. Esperarán a otoño que es más elegante.
Rafael Ortega