Un libro admirable que trata los turbios asuntos de la política no es otro que, LA DEMOLICIÓN, la obra cumbre de la señora Rosa Díez, un texto que dará que hablar como lo está haciendo en todos los foros que ha sido presentado porque, entre otros muchos logros, Rosa Díez ha puesto el dedo en la llaga al respecto de la política rastrera y trepadora de ese ser maligno llamado Pedro Sánchez que, de su gobierno ha hecho su casa, su morada, su trinchera particular desde la que, sin importarle para nada España y los españoles, no ha tenido pudor en vender su honorabilidad a cambio de un sillón corrompido en el palacio de La Moncloa.

Sin duda alguna, si LA DEMOLICIÓN se promocionara como se han publicitado otro tipo de libros, el sentir de los españoles, incluso muchos de izquierdas, declinarían su voto a favor de la derecha porque, reitero, no se puede ser más clara y diáfana que Rosa Díez cuando enjuicia, con pruebas elocuentes, la labor de un tipo indigno que se ha reído de todos los españoles y, de forma muy concreta de sus propios correligionarios que le han seguido en ese sendero que conduce a la locura propia y lo que es peor, a la destrucción de España.

Que haya tenido que ser una mujer de izquierdas, como es el caso de Rosa Díez, la que militó tantos años en el PSOE la que, en un gesto que le honra y le da toda la credibilidad del mundo, haya tenido que ser ella el látigo fustigador de ese indecente llamado Pedro Sánchez que nos ha vendido a todos como si fuésemos pura basura para el estercolero. Rosa Díez, con sus acciones nos ha venido a demostrar la veracidad de aquel axioma del maestro Cabral en que nos decía: “El joven que no es socialista no tiene corazón, pero el adulto que no es conservador no tiene cerebro”

Y así lo ha demostrado esta señora de la política que, como todo joven, como nos pasó a millones de personas, en su día votamos la “revolución” en nuestra juventud, pero pasados los años y comprobado lo que es el socialismo, muy pronto nos decantamos hacia la derecha que, como se ha comprobado en varias ocasiones en que han gobernado, es donde está el progreso, la educación, la justicia, la altura de miras para que, cumpliendo la Constitución, todos fuéramos iguales ante la ley.

Conmovedor, sería la definición de este libro admirable que, plagado de verdades, no deja de sorprender a nadie puesto que la magia de Rosa Díez ha aflorado una vez más para deleite de los que amamos la verdad. Insisto, que las críticas más despiadadas y veraces contra ese individuo llamado Pedro Sánchez, las haga una señora que militó en la izquierda, eso no tiene precio. Son cientos, miles de datos los que nos aporta Rosa para que comprendamos la magnitud del problema que este tipo nos ha metido a los españoles; todo un callejón sin salida que, Dios dirá cómo puede acabar este laberinto que, sin duda, nada bueno le reportará a esta España quebrada por la izquierda.

Si Rosa Díez pretendía desenmascarar al mentiroso más compulsivo de España, lo ha logrado por completo; si quería dar una lección para que los españoles tomásemos nota y viéramos en las manos que estamos, su deseo está perfectamente cumplido porque, ahora, gracias a este libro todos somos conscientes de la desdicha en que vivimos y que de la mentira, Sánchez ha hecho su mundo particular puesto que, apoyado por criminales, pro-etarras, separatistas y toda esa calaña de muy bajo nivel que anida en la política, junto a semejantes gentuzas ha construido su nido, el que le permite, cual paloma viajera, defecar a diario en el corazón de los españoles que, por otra parte, a este tipo le tiene todo sin cuidado.

El libro, como crítica y como exposición de los nefastos hechos que tenemos en España, es un modelo de reflexión para todos pero, cuidado, LA DEMOLICIÓN, como tal, tendrá mucho más valor dentro de pocos años cuando ya no quede nada de España y todo el mundo le dará la razón a Rosa Díez que, como ha demostrado, se ha aventurado para ser profeta en política y, como es natural y lógico, ha acertado por completo. Cierto es que, como ella misma confiesa, tampoco hace falta ser muy inteligente para comprobar las felonías de Sánchez por aquello de perpetuarse en el poder.

Lo mostrado en el libro no es otra cosa que una correlación de hechos constatados contra el tal Sánchez, sus abusos, sus intrigas, sus felonías, sus desacatos a la propia ley y sin duda a la Constitución que, como ha demostrado miles de veces se la pasa por el forro de sus cojones sin que nadie pueda rechistar. Dicen que las dictaduras son malas y tienen razón; pero cuando las dictaduras son de izquierdas con el atenuante de antes haberlas disfrazado con la democracia, ese es el peor castigo que le puede caer a un pueblo y, España, para nuestra desdicha, así lo está penando.

Sale una ministra apestosa, asquerosa, repugnante y maldita y dice que los hijos no son de los padres; sale otra robagallinas y dice que el dinero de los españoles no es de nadie y por si algo faltaba, ahora, estudiar en español es casi un delito. Mierda para tanto estúpido como hay suelto, en ese caso aferrados al poder que, como decía Sánchez cuando estaba en la oposición que él jamás indultaría los criminales que atentaron con un golpe de estado. Ahora, como jefe del gobierno, los ha puesto a todos en la calle. De igual modo, en estos días ha negado que no habrá referéndum en Cataluña para la autodeterminación. Atentos a las hemerotecas puesto que, gracias a las mismas, todo el mundo puede decir, atestiguar y afirmar que Pedro Sánchez es el tipo más indigno, mentiroso y cruel que ha pasado por la política en España, vamos que Indalecio Prieto y Largo Caballero eran unos monaguillos a su lado. ¡Y mira que fueron criminales!

Gracias, señora Rosa Díez, su libro nos ha conmovido por completo y, lo que es mejor, que esa lección en todos los órdenes la recibamos de una mujer que militó en el PSOE, ese es el regalo más mello que pudiera darnos.