Jueves, 14 de septiembre de 2017, escenario: La Glorieta, repleta de aficionados. Tras el paseíllo de Juan del Álamo, El Juli y Andrés Roca Rey junto a sus cuadrillas, sale de toriles, «Desahogado», el primero de Domingo Hernández, que correspondía en suerte a Julián López «El Juli» hacia honor a su nombre en salida y tercio de capote, castigado en varas salió con las fuerzas debilitadas, lo que provocó que el varilarguero fuera pitado. «El Juli» lo intentó dejando tandas en las que el toro finalmente perdía las manos. Estocada en su sitio que abrevió la muerte del animal. Pitos en el arrastre de «Desahogado» y ovación al maestro.

«Vengador» también de Domingo Hernández salía sin fuerzas, no rompió en el capote. Capotazos sin lucimiento de Juan del Álamo que provocan el enfado del público. Denota mansedumbre yéndose a por el caballo que guarda la puerta, segundo puyazo al que entra con fuerza, pero que acaba durmiéndose en el peto. Sin lucimiento el tercio de banderillas que dio paso a la faena de muleta en la que el toro sorprendentemente fue de menos a más, tandas cuidadas y medidas a la fuerza del toro que hacen entrar en calor a los tendidos. Se fue a por la espada, pero antes de darle muerte al de Domingo Hernández se saca una tanda de manoletinas que llegan profundamente al público. Estocada un poco trasera que hace que caiga el toro redondo. Oreja y división en el arrastre del segundo.

Turno del peruano Andrés Roca Rey que recibe a «Pitillo» del mismo hierro que sus hermanos, en los tercios. Saludo capotero corto que da paso a un tercio de varas breve cuidando al castaño. Lo prueba en los medios con un quite a pies juntos consiguiendo la conexión con el público, al que brinda su faena. Faena de muleta de calidad, con clase, dejando detalles de su firma que alargan la faena hasta el primer aviso. Pinchó en el primer intento, al que le siguió un estocada certera, que le vale la ovación del respetable.

Después del momento de comer el hornazo, salió «Amarrado» el primero del hierro de Garcigrande un castaño oscuro al que recibe con un saludo capotero breve que da paso a un tercio de varas que como el resto no da lugar a demostrar el sentido de este tercio. Tercio de banderillas que más parece típico de una becerrada que de una corrida de este nivel que enfada a los tendidos. «El Juli» coge la muleta y empieza una faena ceñida a la taleguilla, con ligación y entrega que conecta con éxito con el público. Faena acompasada al son de la banda que envuelve todos los ingredientes que contiene La Glorieta. Estocada fulminante ir deja al de Garcigrande literalmente «sin puntila» ovación en el arrastre para el y dos orejas para el diestro Madrileño, que le serviría para abrir la puerta grande.

«Ingrato» de nombre fue el segundo para el salmantino Juan del Álamo del hierro de Garcigrande, un ojo de perdiz que entra con fuerza al capote del charro, capotazos con clase para colocar el toro al caballo al que se arranca de lejos, breve pero buena la intervención del caballista que consigue los aplausos del público asistente. Lucimiento de los banderilleros con los palos que agrada al tendido al que el diestro charro brinda al de Garcigrande. Lo recibe en los medios, cogiendolo de lejos al noble melocotón, con el que empieza una faena acompañada del pasodoble del Santiago Martín «El Viti», que calienta al respetable, de esas que se guardan en el territo de las esencias. Estocada en lo alto que da muerte al que ha sido el mejor de la tarde, dos orejas que sumadas a la conseguida en el primer toro, le hacen el triunfador de la tarde.

ba a ser complicado que tras la actuación estelar de Juan del Álamo, Andrés Roca Rey, sorprendiera a los asistentes. El «Ojinegro» de nombre, respondió con fuerza al saludo capotero del peruano, que aprovechó para dejarlo en un tercio de varas reseñable por la calidad del mismo, no de la misma manera podemos hablar del tercio de banderillas que brilló por su falta de lucimiento. Brindando a los allí asistentes «el maestro del Perú» comenzó una faena de muleta que no acabó de romper en los tendidos. Tras un pinchazo y una estocada recibió la ovación del público saliendo de la glorieta a pie y de manos vacías.

 

Por Virginia Gonzalez Hernandez