Observo los ataques tremebundos que lanza Pedro Sánchez hacia Vox y se me eriza la piel; vamos que, para el dictador de izquierdas, Santiago Abascal es primo hermano del Diablo y, como se sabe, hasta el momento, Vox no ha participado en nada para poderles acusar. ¿Cómo se puede utilizar tanto odio contra un rival decente como pueda ser Santiago Abascal? Está clarísimo, para la izquierda no existen rivales, son todos enemigos a batir y hay que destrozarles al precio que fuere.
Sánchez acusa a los líderes de la derecha, Feijóo y Abascal que se unirán de sumar bastantes votos en las urnas y, eso es un peligro para España. ¿Lo entiende alguien? Y lo dice falconeti que se unió con toda la basura política del momento; incluso dijo que si pactara con Iglesias, en aquel momento, no podría dormir; pero no es que pactara con Podemos, pactó hasta con los herederos de Eta, los separatistas criminales de Cataluña y demás bazofia que había en las urnas. Pero no es que pactara, es que les ha dado todo lo que le han pedido, todo ello con detrimento de España que se ha quedado sin leyes, sin el menor amparo y con un despilfarro inusual en cualquier país civilizado.
Y ese tipo es el que advierte del peligro que supondrá que los bloques de la derecha se unan por el bien de España que, como es notorio, no necesitan hacerlo muy bien para mejorar al tipo más nefasto que hemos conocido en política. Encima, como explico, Sánchez se atreve a dar lecciones de democracia cuando de su boca jamás ha salido una palabra de crítica contra Venezuela, Cuba o Nicaragua, países regidos por dictadores pero, como se autodefinen como de izquierda, para Sánchez, dichos territorios son la sucursal del cielo en la tierra. Fijémonos como es la cuestión que, incluso ministros de Sánchez siguen apoyando al hijo de puta de Putin. Hay que ser malas personas para apoyar un régimen comunista que, para colmo, ha invadido a Ucrania por el puro capricho de la destrucción de dicho país, es decir, por el placer de hacer dado; como Nerón cuando quemó Roma.
Pido cordura en los españoles para que, de una santa vez, alejemos a Pedro Sánchez del mundo de la política y que se vaya a trabajar en los bares de alterne de su suegro porque en España ya ha hecho bastante daño. Un tipo de odia a la Iglesia, a los empresarios, a sus rivales políticos y, por encima de todo a los que no pensamos como él que, como se demostrará seremos la inmensa mayoría. Y si eso no sucediera la culpa de no sería de Sánchez, sería toda de una España enferma y esquizofrénica. Confiemos que, tras cinco años de calvario, los españoles hayan tomado nota de las barbaridades y atrocidades cometidas por el amo de España y que de una santa vez reine la cordura.
¿Qué podemos esperar de un tipo que hizo todo lo contrario de lo que prometió? Por ejemplo, cuando Rajoy aplicó el artículo ciento cincuenta y cinco en Cataluña, Sánchez le apoyó y, al “día siguiente” cuando ya era presidente del gobierno por una mala praxis que llevó a cabo, dejó sin efecto todo lo que dijo, se arrodilló ante Rufián y demás separatistas criminales, eliminó el delito de rebelión y sedición, les entregó el poder a los catalanes y ellos tan contentos de saber que, cuando les dé la gana volverán a la carga y, lo peor es que nadie les podrá decir nada. En este caso, Sánchez legalizó el delito, por tanto, no hay delincuentes. Y no hablemos de Eta porque Bildu, a cambio de apoyarle le pidió que trasladara todos los asesinos de las cárceles de España hacia los recintos penitenciarios cercanos a sus casas de origen. Está muy bien porque de tal modo pueden seguir haciéndoles homenajes a todos los asesinos; por cierto, hoy mismo ha salido de la trena un asesino profesional que mató a seis chicas hace veinte años. Lo digo porque es muy curioso, al criminal en cuestión le cayeron noventa años en el juicio y, ¿entiende alguien que tras veinte años está en libertad para seguir matando? Esas son las leyes de Sánchez. En cualquier país civilizado, el asesino aludido tendría lo que se llama cadena perpetua pero, la izquierda tiene mucho pudor y siempre utiliza los llamados derechos humanos. ¿Acaso aquellas chicas asesinadas no tenían derechos humanos?
Sigo diciendo que la izquierda, por sistema, odia al mundo empresarial y la pregunta es obligada para Sánchez: ¿Si no existieran miles de empresarios de toda índole en España, de qué coño iba a subsistir este país? Pues eso, lo más relevante de un país, llámese España o Suiza, es el trabajo, la creatividad y por encima de todo, los miles de millones que aportan las empresas al estado para que haya bienestar para todos. Pero estas gentuzas solo quieren el bienestar propio y, a su vez, seguir creando puestos de funcionarios para seguir manteniendo a gandules y amiguetes. Para colmo, el gandul número uno de España, el máximo dirigente de UGT, Pepe Álvarez llamó “comemierdas” a Santiago Abascal y se quedó más ancho que largo. Les temen, claro, porque saben que de ganar la derecha y aplicar las leyes, el tal Pepe Álvarez y demás secuaces pueden ver como se les acaba el chollo. En fin, que gane la derecha, que haya paz, prosperidad y trabajo para todos que, en definitiva es lo único que nos dignifica.