A estas alturas del año se va a cumplir el primer aniversario pandemial, que tanto daño está haciendo a los toros y que, haciendo una lectura positiva, nos ofrece el corolario de que las vergüenzas del sector están aflorando -si es que alguna vez fueron capaces de lavar los trapos sucios en casa- y que las reacciones de unos y otros no se tratan de disimular.

Como los toros no se parecen a ninguna otra actividad que realicemos los humanos, se acoplan perfectamente al ciclo estacional del campo, que es de donde proceden y emanan con la llegada del buen tiempo. La primavera, que hasta el nombre lo tiene bonito, da un pistoletazo natural y desde aquí todo comienza a rodar. Es verdad que a nivel de la estadística, la temporada que ahora empieza a blanquear, va a tener unas cifras de pena como las tuvo su predecesora, con la sustancial diferencia es que el año pasado se produjo el aborto de manera inesperada e insospechada, descolgándose todos los carteles que ya se frotaban las manos, mientras que hogaño todo el mundo sabe a lo que atenerse, cada cartel asoma con tanta ilusión como prudencia, y hasta que se vayan haciendo los paseíllos nadie puede asegurar que los festejos se celebren aunque el tiempo lo permita, porque el permiso de la autoridad está más que nunca en el aire.

La Gira de Reconstrucción parece que va a terminar el día 14 de marzo en Ubrique, con uno de esos mano a mano de racionamiento ante cuyo fin tendremos que congratularnos, dando gracias de que no se hayan convertido en el patrón habitual de los festejos. Serán en Ubrique, con Diego Urdiales y David de Miranda ante sendos pares de Núñez del Cuvillo, que vaya tela. El día anterior, en la misma ubicación marroquinera, Pablo Aguado y Rafael Serna torearán cuatro jandillas. Tela marinera, ambos tejidos con garantías en cuanto a lo económico por tener el patrocinio que tienen, y también con seguridad en cuanto a lo triunfal y grandioso que allí suceda, merced a los comentaristas televisivos que lo darán todo.

Marzo proseguirá con dos corridas los días 20 y 21 en la Ossa de Montiel. La primera con toros de Buenavista para Esaú Fernández, Filiberto y Mario Sotos. La segunda con novillos de Daniel Ramos para Carlos Aranda, Rocío Romero y Diego García. Siempre apetece la novedad en los carteles y los ejemplares del ganadero castellonense me despiertan mucho interés, porque su procedencia del Marqués de Domecq ofrece matices sustanciales.

Casi doblando la hoja del calendario, el 27 harán el paseíllo en Herencia Curro Díaz, Andrés Palacios y Fernando Tendero, con toros de Castillejo de Huebra, una interesante apuesta con el encaste Murube para toreo a pie y una terna que cuenta con el enorme atractivo del diestro linarense, junto con los aspirantes a ser reconocidos como toreros de prestigio, y llegará abril con ese sonoro mano a mano que se ha anunciado para Villoria, el primero de los hermanos Javier y Damián Castaño, también ante reses de Castillejo de Huebra. Abril también será Torija y otras plazas con categoría administrativa de tercera, pero con importancia de primera en estos momentos cruciales.

Veremos si el mes de las aguas mil nos ofrece buenas noticias sobre Sevilla, así como ojalá que después las hubiere aún mejores para Madrid. De momento no están claros los planteamientos ni en la capital Hispalense, ni en la Villa y Corte, donde el recóndito responsable de asuntos no taurinos se pone bravo haciendo declaraciones con verborrea de político nefasto, sesgado al patronazgo que quien lo tiene en nómina y dejando por ahora en el aire aquello de que obras son amores y no buenas razones.

La temporada alborea y es un momento precioso, por mucha pandemia que haya.

José Luis Barrachina Susarte