Tres corridas para cambiar impresiones sobre los cuernos que deberían vigilarse de forma especial por empresarios y ganaderos de bravo.

Hubo «diversidad» de tipos y comportamientos, pero la fiesta de los toros actual necesita cuidar la imagen esencial para el pueblo llano.

En mi pueblo hay numerosos ciudadanos con la buena costumbre de tomar unos vinitos a diario, por las mismas tabernas, con lo que es inevitable el alterne con socios de idéntica querencia cuartillera. Unos son aficionados, otros “van” a los toros, los hay indiferentes, orillo a los renegones…pero apuntan el termómetro perfecto al día siguiente de televisarse una corrida que suelen ver entera o en raciones y… gratis. A lo gratis hay que apuntarse cueste lo que cueste.

“¡Vaya toritos ayer!”. “¡Con esos ya podrán!”. “¡Si alguno estaba afeitado!”. “¡Con esos salgo yo!”. “¡Alguno era serio y astifino!”. Los pudo haber sin fuerza o inválidos…pero lo primero que observan es las cabezas. Son querencias inevitables. La primera vista. La presencia. Les da lo mismo que embistan, topen, huyan, pierdan las manos o bailen la rumba. Tampoco centran la plaza. A lo burriciego.

En las diversas crónicas, por lo general,  no se puntualiza, se pasa por encima o se disimula la presentación a la baja de los toros. Es un terreno orillado. Todo el que le ha interesado ha podido conocer cómo estuvieron los toreros y  me entretuve y divertí tomando unas notas de los toros sin prisa ni rigurosa precisión. No va a servir de algo.

En estos momentos, con las dehesas saturadas de miles de toros para elegir, es un insulto que salgan a las plazas bóvidos con el nombre de toros. Hace unas décadas, en las corridas de pueblos, o ciudades chicas, se veían corridones que no iban a las ferias porque lo impedían toreros “de cartel”. Las mataban los “modestos”. Los que no podían exigir. Ahora se suele decir, cuando sale un toro correcto en esos cosos, que vale para plazas de primer orden. Como si no tuvieran derecho al toro-toro las plazas de tercera y cuarta.

No equivoquen, por favor. En cualquier lugar donde se anuncian “toros” deben salir toros cuanto menos correctos. No porque sea un pueblo se van a lidiar toros defectuosos o manipulados…como suele suceder. Esos, para festivales, plaza campera y matadero. Y más hoy que sobran miles y se van al frigorífico por cuatro perras.

Hace unos años asistí a un tentadero en la finca de Santiago Domecq, cerquita de una laguna en tierras de Cádiz. Invitados, Diego Urdiales y la novillera Conchi Ríos que apoderaba Antonio Mondéjar. Observé en Santiago puntos de selección positivos que hoy reflejan su toros y en Villanueva del Arzobispo su hijo mostró afición, equilibrio y sinceridad en las declaraciones sobre los mismos.  Palmas a Tauroemoción, Urdiales,  De Justo y Ortega… pero vamos a los toros.

Al primero lo llaman bonito de cara. Ole. Lo de bonito es ya sospechoso.  Cuernos romos, cortos y sin caballos se matan con más seriedad y menos kilos. De las puntas hicieron llaveros. Corto de viaje, nula entrega y sin lucimiento. Brocho, tocadito de pitones, romo y feo de defensas, mirón e incierto el cuarto.

El segundo, con presencia, repetidor con emoción, codicioso e importante. La vuelta fue un regalo pero toco palmas ya que siempre suele juzgarse a favor del matador el comportamiento. El quinto serio, astifino, un poco cornivuelto. Para torear, el mejor de la corrida. Palmas justas en el arrastre.  Brocho, romo, rajado e incierto el desigual tercero. Astifino, bizco, con emoción y momentos de calidad el mirón e incierto sexto            .

Ateniéndonos a las hechuras no debieron salir a la plaza unos cuantos. El toro en el campo, en un corral o en Turruncún…debe ser “toro”. El comportamiento es otra historia. Por cierto, la calidad de la embestida y bravura no tienen por qué ir parejas con la hermosura de tipo. Puede un toro feo ser excelente y uno “guapo” un manso perdido o peligroso.

Lo anterior no borra las lecciones de sitio, lidia, seguridad, conocimiento, distancia  y torería de Urdiales, la emoción, buen trazo, ligazón y buen corte del cacereño De Justo o las series de muletazos del mejor trazo y calidad de Juan Ortega, sin mostrar lo que tanto le vienen cantando y todos queremos ver con más frecuencia. Pero la estampa  bóvida correcta…hay que defenderla contra exigencias de veedores teledirigidos o similares al servicio de toreros y a favor del deseable mayor interés público. Un toro mocho o sospechoso de defensas es una indecencia y venta de mercancía deteriorada. El cartel de toros es una oferta mercantil. La liturgia, el arte, el valor, la tragedia…vienen después. Pero la oferta no dice “se lidiarán toros defectuosos”. Sino elegidos de la prestigiosa ganadería de.

En la primera de Zafra, “La Sevilla chica de Extremadura”, sorprende la histórica y bonita plaza vacía. Como matar toros a puerta cerrada. Zafra andará por los 18.000 habitantes, Sevilla está a hora y cuarto, Badajoz y Olivenza a una hora, más o menos, y Almendralejo, Villafranca de los Barros y otras poblaciones de importancia…muy cerquita. A nadie le interesó el festejo…aunque fuera día laboral.  El cuajo y presencia de los toros de Pereda dieron importancia a la tarde. Y Robleño, que estuvo hecho un torerazo, y el galo Salenc, que en justicia taurina debe torear más corridas que la mayoría de los que se anuncian sin su perspectiva y toreo, justifica la exigencia de más contratos.

El primero, astifino, con cara de toro, veletito, mirón, berrendo en cárdeno…muy bien toreado por Robleño. El tercero, castaño oscuro, serio, igualado sin exceso, cornigordo, albardado…bueno y apagándose. Bien Robleño con la pañosa, la sarga y matando el 1º. El segundo, bien armado, con transmisión y codicia. Vuelta al ruedo. El cuarto, ensabanado y capirote, astifino, veleto y exigente. Salenc expuso con seguridad, ligazón y valor. Un torerazo joven a tener en cuenta.

Toros que fueron toros de verdad y falta de ambiente y estímulo para cortar orejas con plaza vacía. El Louis Armstrong  de la banda de Higuera la Real, localidad fronteriza con Huelva que musicó los espectáculos, se lució con el pasodoble “Nerva” las dos tardes. Con 2.500 personas legales posibles…a plaza vacía.

Toros de Núñez de Tarifa en la segunda de Zafra. Astigordo, capacho, serio, noble, con fijeza  y calidad el primero. Sin gas y claudicante. No dio lo que se espera de un toro. Faena de mantenimiento y decoración. El tercero, astifino y serio se devuelve al descordarse. El sobrero, colorado, astifino y veleto fue un inválido. Pitado en la faena y en el arrastre. El presidente, con risa rara, concedió dos orejas.

Veleto, astifino y serio el segundo. Codicioso y repetidor. El cuarto, cornicorto, mogón, astillado…cabeza para festival. Corrida de “toros” con más calidad que fuerza. Faltó un poco de fiereza y más bravura. Lo de menos…. los trofeos. Hubo pasajes toreros buenos. El público cabía en una gallera. Y de picadores…lo único que picó a ratos fue el sol.

Uceda mostró torería, estética, calma y buena toledana. Francisco José Espada merece más fechas. Por tesón, variedad y serena firmeza. Encimista y atosigando en exceso al último, demostró cómo un toro embiste al estímulo que se mueve y el torero debe estar quieto.

En el revoltijo anterior, sin total exactitud, se describen 15 toros recientes. Y se deduce los que nunca debieron salir a una plaza como “toros”. No sirve lo de kilos, cuello, morrillo, altura, sienes…La primera cualidad es su presencia de toros. Una imagen vale mil palabras. Las buenas faenas con “toros” se engrandecen en mérito. Y en estas tres corridas han saltado toros-toros para quitarse el sombrero y de comportamiento bravo y toreable y algunas birrias astigordas, mochas o similares que para la muleta no han valido un duro. Además de feos malos…e incluso peligrosos.

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTO

-Vitoria 1999. Mora, Urdiales y Liria. Alternativa fallida por el agua.

-Emilio de Justo de novillero en la vieja plaza de Arnedo.

-Arnedo 2015. “Zapato de plata”. Tomás Campuzano, Carlos Ochoa, Salenc y Daniel García.

-Arnedo 2013. Juan Ortega en su 2º año en Arnedo.