Madrid es la de la oportunidad, en las fechas claves pasan por allí pasan las figuras a revalidar su condición, pero en fechas menos clave, y sobre todo en época estival la empresa da oportunidad a toreros que torean poco para que demuestren sus condiciones para poder llegar a ser algo en esto.

El pasado viernes fue un claro ejemplo de lo que no tiene que volver a ocurrir mas en esto, entre los tres novilleros anunciantes sumaban noventa y seis años, tela de edad para el toreo, salió una manejable novillada de Dolores Aguirre con sus doce orejas que todas terminaron en el desolladero, en el cartel José Manuel un murciano ya algo curtido en esto, el catalán Abel Robles el único que se merece una nueva oportunidad y el mayor sinvergüenza que ha pasado por Madrid en años el sevillano Javier Velázquez.

Javier Velázquez un año antes de esta novillada llegaba a Madrid desde su Algaba natal un precioso y taurino pueblo de la provincia de Sevilla, llegaba en autobús con una pancarta que decía Soy y me siento torero, pero sin una oportunidad no puedo conseguirlo ni demostrarlo” pues Velázquez se le dio la oportunidad y demostró de todo menos sentirse torero, Javier no tuvo su tarde, aunque si esa oportunidad que año antes reclamaba, así que ahora a otra cosa y no a quitar oportunidades a novilleros que realmente quieran ser torero, y sobre lo de Soy y me siento torero, yo también y no me pongo en huelga de hambre, solamente me miro al espejo y me veo gordo y con una edad avanzada, me voy al cuarto de baño cojo la toalla y pego cuatro lances al viento y se me pasa todo y luego me voy a trabajar para sacar a mi familia adelante con todo buen hijo de vecino, que le sirva esto de ejemplo a Velázquez que trabaje ya que de torero NO VALE.

Y a la empresa que antes de poner a un novilleo con  38 años y menos badaje que yo, que los pruebe en el campo que de seguro que le cuesta menos un novillo a puerta cerrada que lo que paso el viernes.