La izquierda más radical sigue haciendo de las suyas y, lo que es peor, atentando contra la tauromaquia, en este caso, desde sus orígenes o raíces. Es ahora Compromís, los homónimos de Podemos y demás fuerzas de la ultraizquierda, los que se atribuyen la salvación de la patria con sus nefastas acciones. La cuestión ha tenido lugar en Valencia en la que, el vicepresidente de la Generalitat, Vicente Barrera, ha propuesto que se haga un “encierro” infantil por las calles de la capital del Turia en la que, los padres portarán carretones simulando al toro mientras que, los niños harán las funciones de toreros. Un acto, como es lógico, por aquello de promocionar la tauromaquia desde sus más bellos ancestros, sencillamente para que los niños la conozcan y la amen.

Automáticamente, la portavoz de dichos descerebrados de Compromis, una tal Gloria Tello -ella sabrá en qué trabajaba antes de obtener el chollo de la política- ha puesto el grito en el cielo al respecto de la decisión de Barrera, aludiendo que recurrirá a las más altas instancias de la nación, en este caso a Ángel Gabilondo como defensor del pueblo -yo diría que defensor de Pedro Sánchez- aludiendo que los menores deben de estar protegidos de toda violencia según la ONU. ¿Y qué coño sabe la ONU al respecto de la fiesta de los toros y la supuesta violencia que se nos atribuye desde Compromís?

Y por hacer semejantes tonterías, el pueblo de Valencia, como ocurre en toda España, les pagamos fortunas a estas gentuzas mientras que, nadie, absolutamente nadie que forme en la izquierda se ha ocupado de los graves problemas de nuestra sociedad, eso sí, hacer grandilocuencias sobre gilipolleces, en ello son auténticos maestros. Según Compromís, todos tenemos que hablar en valenciano porque temen que se pierda nuestra lengua vernácula, razón por la que desde la Generalitat, Ximo Puig dictó la norma de que toda la enseñanza tenía que ser en valenciano. ¿Se puede ser más retrasado mental? Es imposible. Y los manicomios vacíos. Confieso que, cientos de años antes de que estos retrógrados llegaran al poder, en nuestra comunidad se hablaba el valenciano -los que lo hablaban- y jamás se perdió nuestra lengua madre. Es más, pese a la fuerza ejercida por estos estúpidos, en cualquier centro oficial de nuestra comunidad, en los hospitales y donde haya un servicio de cara al público, todos hablan en castellano. ¿Qué ocurre que con la lengua de Cervantes no nos entendemos? Eso sí, cuando Joan Ribó entró como alcalde en Valencia, el muy estúpido acudió a su centro de “trabajo” en bicicleta porque, según el tipo nefasto, había que dar ejemplo, claro que, al día siguiente, por lógica, ya utilizaba el auto oficial.

Eso sí, para crear problemas donde ya existen las soluciones, estas formaciones malditas son auténticos expertos. Recordemos que, la fiesta de los toros data de hace varios siglos y, ante le hecho de que Vicente Barrera, como matador de toros que ha sido y por el amor que siente hacia la fiesta que le encumbró, no duda en promocionar esta fiesta para seguir reclutando adeptos, en este caso, para los niños y jóvenes. ¿Dónde está el delito de Vicente Barrera, por Dios? Y si del valenciano hablamos, de toda la vida de Dios los valencianos hemos hablado en nuestra lengua vernácula y, como lógica, hemos aprendido en la lengua de Cervantes para poder ser escuchados en todas las partes del mundo. Fijémonos hasta donde radica el asunto lingüístico que, por ejemplo, en Valencia, Cataluña y Baleares, puntuaba más de cara a un médico, que hablara valenciano antes que su titulación como cirujano. Eso es lo que defienden Compromís y todos sus adláteres, es decir, promulgar la maldad y el odio en detrimento de los valores de cada individuo. Y todos estos desaprensivos no se dan cuenta que, el castellano es una lengua que la hablan ochocientos millones de personas mientras que, el valenciano lo hablamos tres docenas de románticos de nuestra tierra.

O sea que, pasear un carretón simulando al toro es un acto de violencia de cara a estas gentuzas barriobajeras y, respecto al fútbol que es donde anida la violencia más extrema, ahí no dice nadie nada. ¿Desde cuando los aficionados a los toros han quedado para pegarse, antes o después de la corrida? Eso no ha ocurrido jamás mientras que, en el mundo del balompié, por momentos, suele ser muy habitual las guerrillas entre aficiones distintas, así como todo tipo de violencia, miles de pruebas tenemos que lo demuestran. ¿Qué dice Gloria Tello al respecto? Nada. Eso no les conviene porque tienen cientos de miles de aficionados y no se atreven a pronunciarse al respecto porque, como es lógico, en ese colectivo inmenso tienen muchos votantes. Eso sí, a la fiesta de los toros, leña al mono que es de goma. Menos mal que, esas formaciones radicales de la más cruel izquierda van muriendo poco a poco y, como le ha sucedido a Podemos, confiemos que, en breve plazo de tiempo desaparezcan por completo. De momento, gracias a Dios, no tienen poder alguno que ya es un éxito.

En la imagen, Vicente Barrera, en sus funciones como vicepresidente de la Generalitat Valenciana.