Ya lo cantaba Antonio Molina en su canción Dos Cruces, “Sevilla tuvo que ser con su lunita plateada testigo de nuestro amor bajo la noche callada.” Sevilla tuvo que ser, esta Sevilla que en primavera brota el arte por sus cuatros costados de San Pablo a los Remedios pasando por Triana esta Triana torera que lo vio salir, si salir en clamor de multitudes.

Porque todos los toreros sueñan con ese  tesoro que abrir los ojos  y ver Triana  enfrente cuando salen por la del príncipe.

Y como canta Sal Marina “Juan Belmonte está soñando un toro en Abril, Triana modelando un ole, sin fin, Juan la torre está esperando que abran la puerta grande pa verte, salir”

Y Sevilla lo estaba esperando en primavera, Sevilla lo soñaba que un torero de Madrid allí se consagraba, poco o nada tiene ya El Juli que demostrar, pero en 20 años de alternativa El Juli ese niño torero que se asomaba por los burladeros, ya que a las tablas no llegaba, lo hizo realidad Sevilla se rindió a sus pies a su toreo y a su tauromaquia, templada y reposada y ya cuajada con solera de vino añejo.

El Juli hace historia en Sevilla al indultar un toro de Garcigrande en una de sus tardes redonda del madrileño, que corta cuatro orejas.

Y es que El Juli ha entrado en la historia de los indultos de la Maestranza al lograr el perdón de la vida de ‘Orgullito’, un extraordinario toro de Garcigrande al que cuajó una excelente faena, cortando dos orejas simbólicas. Este triunfo se une al que el torero madrileño obtuvo en su primero, al que también desorejó tras una buena faena.

 ‘Arrojado,’ ‘Cobradiezmos’ y ‘Orgullito’ tres historias tres indultos tres toreros tres ganaderías pero un único escenario Sevilla y su maestranza donde se sueña el toreo donde se vive en torero.

 Enhorabuena al torero, enhorabuena al ganadero pero sobre todo enhorabuena a esa afición, por poder disfrutar en primavera de la gloria del toreo.

 

Y me despido de esta mi opinión con unas letras de la canción que canta el grupo Siempre Así en su tema ‘Cuando vuelva a Sevilla en primavera’ que dice:

 

Y cuando vuelva a Sevilla en primavera,
volveré a mis veinte años recorriendo sus callejas;
Y volveré a olor de los naranjos,
y a vivir un jueves santo y una mañana de feria.