Por fin, ayer pude ver en distintos medios de comunicación, especialmente en algunos diarios digitales, los que se hacen eco de la tragedia que asola a los profesionales del toreo que, encuadrados todos ellos en el gremio de los artistas por pertenecer el mundo de los toros a Cultura en que, dichos profesionales, según el apestoso gobierno que tenemos no tienen derecho a nada; en realidad, como sucederá, no les mató el coronavirus, pero morirán de hambre y desdicha.

Lo que está sucediendo lo dije yo a los tres segundos del confinamiento que nos hizo este gobierno maldito; predije, que tampoco hacía falta ser muy listo, la tragedia que se nos avecinaba era peor que la cruel pandemia y, como era natural y lógico acerté. O sea que, estos apestosos y mal olientes que dicen dirigir un país, crean una puta paga vital para mantener gandules y, hombres como los toreros que además de ser artistas se juegan la vida, para ellos ni agua. Y, lo que es peor, dije que se cargarían la fiesta de los toros y, los hechos me siguen dando la razón.

Es difícil de creer todo lo que está sucediendo pero, la realidad es la que nos asola por completo. Pensar que cualquiera en España tiene una paga-si eres extranjero, por supuesto y si eres gandul y votante de Podemos, dicha paga ya es vitalicia- y que los toreros sean ninguneados de este modo, eso clama al cielo; ya tienen trabajo los pobres toreros, es decir, el mundo de los toros que, al paso que vamos, como antes decía, no habrá toros porque los toreros habrán muerto de hambre y lo que es peor, de desolación.

Dudo que exista un solo profesional que haya votado a estos sinvergüenzas, ineptos, canallas, ruines y mezquinos puesto que, uno solo que hubiera votado a estas gentuzas ya sería motivo para pegarle “dos tiros”. Lo digo como hipótesis puesto que, es imposible que ningún ser humano con cerebro que, además se dedique al mundo de los toros, como ciudadano, que haya votado a semejante reata de malas personas que, ellos vivirán como reyes aunque les importa un carajo que el pueblo se muera de hambre y, si ese pueblo citado, se dedica a ganarse la vida frente a los toros, para este gobierno maldito, los toreros apestan más que los propios políticos.

¿Quién nos tenía que decir que pasaríamos por el trance que estamos sufriendo? Y no lo digo por la pandemia que ha sido cruel, bárbara pero, apenas ha sido una broma comparado con las consecuencias que la misma nos ha traído de la mano de esos comunistas que nos gobiernan que, como no leen diarios, ni ven televisiones, ni escuchan a Jiménez Losantos, no saben lo que está pasando en este país que se llama España y se seguirá llamando hasta el resto de nuestros días, pese a que tantos cafres quisieran crear una ley para cambiarle el nombre.

Lo realmente cierto es que he conocido a varios banderilleros que han tenido que acudir a Cáritas para pedir ayuda, toreros que, por ética, no daré sus nombres, pero ellos son conscientes de las confesiones que me hicieron. Que unas personas tengan una profesión en la que, durante toda la vida se han ganado su existencia jugándose su cuerpo y que, en estos momentos, tras exponer tantas veces su  vida, ahora que no tengan derecho a percibir ni un solo euro del gobierno que dice representarnos, cuidado con lo que hacen estos tipos que se hacen llamar políticos que, el pueblo lo soporta todo, menos el hambre.

Según hemos podido saber en el día de hoy, el “decretazo” del tipo de la cara de cartón piedra, al parecer, a partir de pocos días se permitirá la entrada de aficionados a los estadios de fútbol y, por el contrario, en otro de esos repugnantes decretazos, dijeron que no prohibían los toros, pero que se permitía la entrada de cuatrocientas personas a un recinto taurino, exactamente, los empleados que tiene la plaza de toros de Madrid. Que baje Dios y lo vea y, a ser posible, que nos lo explique porque humanamente no hay nadie que nos lo pueda explicar para que lo comprendamos los pobres humanos que nos dedicamos a trabajar y a producir para engrandecer este país lleno de vagos y maleantes.

Antes, como vemos en la foto, los toreros pedían una oportunidad para torear, ahora, los pobres, piden al inadmisible gobierno que tenemos, algo para comer, cosa que dudo que les llegue.