El prestigio es algo tan sutil que, lo ganado durante muchos años puede perderse en un minuto, es lo que le ha sucedido al canal CMM manchego al que hemos ponderado en muchísimas ocasiones con toda justicia porque, amigo, aquello de retransmitir en una sola temporada cien festejos no es tarea baladí. Lo digo porque, ayer, los aficionados nos quedamos compuestos y sin novia respecto ha dicho canal puesto que, tenían programada la primera corrida de toros en la feria de Albacete y, nuestro gozo en un pozo.
CMM tenía, como decíamos tenía programada la primera corrida de la feria de Albacete que, con toros de Ricardo Gallardo que los lidiaron Sergio Serrano, José Fernando Molina y Cristian Pérez, tres diestros manchegos que, si de televisión hablamos estamos seguros que tenían más ilusión ellos que los propios aficionados para que dicho espectáculo se difundiera por la comunidad castello manchega. Son hombres que torean poco y, toda difusión les viene como anillo al dedo puesto que, como hemos podido saber la corrida resultó muy interesante por la actitud de los diestros y por el juego variado de los toros que, como sabemos, los de Fuente Ymbro no dejan indiferentes a nadie.
En mi caso, no me duelen prendas en reconocer que me conecté veinte veces con CMM con la ilusión de ver el festejo y, en pantalla aparecía un cartel que decía “emisión sin derechos digitales”, así durante todo el tiempo que pudo durar el festejo. Yo creo que, si había problemas técnicos, lo más sensato hubiera sido aparecer en pantalla cualquier locutor y contar los problemas ocurridos y, si no se podía televisar, haber puesto una película del oeste y todos tan contentos. Eso de dejar el silencio como respuesta me parece un acto de una insensatez monumental y, mucho más en dicho canal que, como cientos de veces dije, es la cadena que más toros retrasmite en el mundo, en abierto.
¿Qué pasó? ¿Quién tuvo la culpa del silencio de las cámaras? Mil preguntas se me ocurren pero no hallo respuesta que me deje tranquilo porque, insisto, una cadena como la citada no puede pegar un petardo de semejante altura. Y lo que cuento lo dice un devoto de dicha cadena que, para mi fortuna no me pierdo ningún espectáculo de todos los que tan bellamente nos ofrecen.
Imagino el disgusto de Martín de Blas, el jefe de las retrasmisiones y, para fortuna de los aficionados, cabal comunicador en lo que la palabra se refiere en dichas difusiones televisivas. El error ya se ha cometido, ahora lo ideal sería pedir disculpas ante los televidentes puesto que, nuestra desilusión fue tremenda. Es como el que cree que le ha tocado el premio de la lotería y, cuando llega a la administración le dicen que ha bailado un número y, por tanto, no hay premio. Como queda explicado, nosotros, ayer no fuimos premiados pero, lo sangrente de la cuestión es que así nos lo habían prometido.