Llevamos cuatro espectáculos de la feria de Sevilla y, el denominador común si de retrasmisiones mentamos, no ha sido otro que el cabreo monumental, el enfado como norma puesto que no hemos  podido ver una sola corrida completa; pero no lo digo yo, lo dicen todos los ingenuos que les creímos a esta gentuza y compramos el abono. Suena como surrealista que, en cada festejo tengamos que reiniciar el programa para seguir viendo el espectáculo.

Hablamos, entonces, de una estafa colectiva y, como tal, ¿a quién tenemos que dirigirnos para que nos escuchen? Esa Web, si no fuera una estafa tendría un correo electrónico para que los clientes pudiéramos mostrar nuestras quejas que, como es lógico, tienen todo el fundamento del mundo; o un teléfono para que pudiésemos llamar y acordarnos el padre del autor del desaguisado; pero todo eso no existe, lo que significa que estamos  en las manos de unos desaprensivos que, como se verá muy pronto, en el pecado llevarán su penitencia.

Estamos en la lidia del segundo toro de la tarde en Sevilla y me he tenido que conectar seis veces -lo que de forma vulgar diríamos seis coitus interruptus-  tras la desconexión que produce la Web en cuestión que, más que una página de toros es una burla hacia los aficionados; si no teníamos bastante con la mofa que nos hacen los empresarios cuando nos ofrecen bodrios en vez de toros, estas gentuzas les están imitando con una franqueza inusitada. No quiero ver más toros; solo quisiera, como todos los aficionados, poder dirigirme al responsable de dicho canal que, con toda seguridad, le explicaría mi sentir. Pero como eso es tarea imposible porque cuando se estafa a un colectivo el responsable no aparece nunca, nos queda enfadarnos y jodernos, todo el mismo tiempo. En los tiempos que vivimos y, justamente con el mundo del toro, que era lo que le faltaba, que unos tipos sin escrúpulos jugasen con los pocos aficionados que quedan, pero estos sinvergüenzas lo han logrado. Váyanse todos a la mierda que es el lugar que se han buscado. Y, lo dicho, que en los tiempos que vivimos esas retrasmisiones no se puedan ver por la televisión, el drama está servido.

Lo peor de la cuestión es que hemos sido estafados y, como colectivo que somos, no tenemos quien nos escuche, un drama al más alto nivel porque no existe peor desgracia que un hombre se vea indefenso ante su destino que, como se sabe, ese destino lo han provocado una pandilla de ineptos, así les califico porque podría darles el calificativo que en realidad merecen. Y nosotros, como aficionados, que nos las prometíamos tan felices; nuestro gozo, en un pozo.

Sin lugar a dudas, si hace falta, cada día publicaré un artículo de denuncia para que todo el mundo sepa cómo y de qué manera actúan estas gentuzas. En el peor de los casos, ya que nadie me escucha, procuraré con todas mis fuerzas que no se apunte ni un solo aficionado más a este bodrio tan mezquino como aberrante. Han jugado con nuestro dinero al más puro estilo piramidal, hemos entrado al trapo como corderitos y, ahora estamos pagando las consecuencias. Imbéciles de nosotros que les creímos pero, la venganza es un plato que sabe mejor si se sirve frío. En ello estamos.