En su momento, Pablo Casado, el entonces jefe absoluto del partido Popular puso a Miguel Abellán en las listas del PP y, al no resultar elegido por la posición que ocupaba en las mismas, Casado, en un gesto que le honró de cara al que era su amigo, habló con Isabel Díaz Ayuso y le compensaron dándole el cargo Director de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, un cargo que, por su mala gestión le ha granjeado demasiados enemigos, cosa que nunca es grata para un cargo público que, tampoco era tan difícil hacer las cosas bien, al menos con la dignidad que el cargo le exige, pero él, en sus torpezas ha logrado lo que parecía imposible, ser odiado por mucha gente.

Según cuentan los taurinos, hombres de plata que han ido con él en su época de matador de toros, Abellán era inaguantable. Una prueba de lo que digo es que le hizo la vida imposible a uno de sus banderilleros que iba de tercero en su cuadrilla y, al fallar el subalterno con la puntilla en un toro que había lidiado Abellán en Valencia, a partir de ahí se puso en contra del banderillero hasta que, en Pamplona, el citado hombre de plata cansado de humillaciones decidió buscarse la vida por otros derroteros, antes que aguantar al señorito de Madrid. A este respecto digamos que, si todos los banderilleros que han fallado con la puntilla, sus respectivos jefes les hubieran ninguneado, en estos momentos no habría ni un solo banderillero en activo.

Del mismo modo, en la primera edición de la Copa Chenel, un torero de Madrid, Miguel Maestro, le pidió con toda justicia que le incluyera en dicho certamen y, el señorito le dijo que todo el cupo estaba cubierto pero que, al año siguiente le incluiría. Llegó el momento y Miguel Maestro comprobó que le había engañado, cosa que propició que el torero de Madrid se enfadara lo suyo con el dirigente del Centro de Asuntos Taurinos. Abellán podía haber enmendado su error y, en la siguiente convocatoria haber puesto al torero de Madrid que, por ser del foro y por las condiciones que tiene como diestro, debería de haber sido convocado. Nada de eso, por tanto, su gozo en un pozo.

Aquí hay un dato revelador, si la Copa Chenel la organiza la Comunidad de Madrid y la Fundación Toros de Lidia, ante todo, ningún torero de la capital de España debería de haber sido excluido del certamen comentado, pero, le tocó la china a Miguel Maestro que, al igual que otros chavales siguen enojados con el dirigente citado. A este respecto, si Abellán excluye, por ejemplo, a un torero de Cádiz no pasa nada, absolutamente nada porque pueden pasar años y no volver a ver al torero ninguneado. Ahora bien, hacerle eso a un torero de Madrid que te lo puedes encontrar en cualquier esquina, el riesgo era muy elevado; Abellán así lo hizo y Miguel Maestro se lo explicó en la cara.

Como vemos, decisiones muy poco acertadas las de Miguel Abellán que, como el mundo sabe, solo le han granjeado enemigos por su torpeza. Pero es su decisión y debemos respetarla. Luego, claro, es de dominio público que Abellán cobra 75.000 euros anuales de la Comunidad de Madrid con todos los gastos pagados. Es decir, como diría José Mota, los 75.000 euros son “pa la saca” limpios de polvo y paja. Cuidado que, si se los quieren pagar allá ellos los que deciden el sueldo de Abellán y otros muchos que habrá de idéntica similitud.

Digamos que, el cargo de Abellán debería servirle para ejercer como un señor, no tener ni un solo enemigo y darle categoría al cargo que ostenta pero, como hemos podido saber, Abellán carece de elegancia, señorío, altura de miras, equidad y saber estar. Lo digo porque, por el amor de Dios, que pase un cargo de la Comunidad de 3,5 euros -por aparcar su coche-, la que le ampara, que le trata como un rey y, en su racanería hasta es capaz de cometer semejante ridiculez. Hombre, yo sentiría vergüenza ajena, digamos que, la siento, al comprobar tal grado de insensatez por un tipo que vive de la “olla grande”. Como dicen los taurinos, Abellán le tiene mucho amor al dinero, sobre todo si es de él. El dinero no es para tirarlo, nadie debe hacerlo y mucho menos cuando viene del fondo común, del que pagamos todos los impuestos, que se atreva el diestro de Madrid, ahora convertido en “político” por obra y gracia de su valedor en su día, Pablo Casado, a pasar un cargo a la Comunidad de 3,5 euros la osadía me parece imperdonable. Y, lo que es peor, algunos toreros le han acusado de poner el cazo, algo que yo no afirmaré porque no tengo los datos, pero mala cosa es que digan eso de un hombre que ostenta un cargo público que, como dije, debería ser la admiración del toreo entero.

Dicen que Miguel Abellán tiene varias propiedades en Madrid y, a su vez, una boyante cuenta corriente, cosa que me alegro y, hasta sospecho que el hombre lo habrá ganado como matador de toros. Pero no es menos cierto que, los 75.000 euros que percibe en su cargo de la Comunidad de Madrid, si el noventa por ciento de los toreros si al final de la temporada les quedara ese saldo en la cuenta corriente se pincharían para ver si les salía sangre. Lo digo por la alegría que sentirían. Pero no es el caso. Y Abellán, revestido con todos los honores gracias a la política, en vez de comportarse como un señor, anda por la vida ridículo tras esperpento.