Por Juanje Herrero

La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere​ o la fidelidad a una idea. Hay un dicho en España que dice “Con la verdad se va a todas partes” y que razón tiene ese pequeño refrán. Por lo visto, al novillero sin caballos Sebastián Marín no le ha entrado en la cabeza.

La historia que se ha creado es una total farsa, con el único propósito de embaucar a cualquier persona. En este caso, al empresario José Antón, dueño de Toros del Cristo, según nos cuenta el mismo. En este despropósito el susodicho novillero sin caballos ha atropellado con sus mentiras a un hombre que creía en él. ¿Cómo se puede ser tan desagradecido?  Las ansias de ser alguien han hecho que se haya pasado los valores primordiales del toreo por el arco del triunfo. Ni una pizca de honestidad, lealtad, fidelidad, verdad, integridad. Este personaje no se merece ser torero, puesto que no tiene vergüenza, y lo peor es que ni la conoce.

La película que se ha montado se ha desmoronado como un castillo de naipes, pero sin soplar. Sus mentiras han llegado a su fin, casi 6 meses mintiendo, inventando, falsificando y adulterando la verdad. De todo esto, tiene pruebas el empresario y ganadero José Antón. Todo a buen recaudo, y entregado a sus abogados para que tomen medidas legales. Ya le llegará la demanda. ¿Quién sabe tal vez vaya a la cárcel?

Presuntamente casi 14mil euros estafados, -insistimos según el damnificado-… aunque eso no es nada para la desilusión y el golpe tan duro que se ha llevado el señor Antón. La confianza es un bien muy preciado que tenemos que guardar bajo llave en nuestro corazón, cuando alguien desinteresadamente nos la brinda.

Toda una red de entramado el que tenía montado Sebastián Marín. Vaya personaje. Contaba con infraestructura y unas mentiras bien elaboradas. Todo esto lo utilizaba para tejer una tela de araña e intentar torear. Se inventó que le ayudaba la sobrina de Simón Casas, de nombre Alejandra Casas. Esta persona no existe, Simón no tiene una sobrina de ese nombre, era una amiguita suya, una tal Lucia. Se inventó que tenía cerrados contratos en Vistalegre, Madrid, Sevilla. Se inventó incluso que era novillero con caballos, cuando apenas suma un par de novilladas sin picar.

Utilizo sus enredos para que su ex apoderado José Antón le comprara 10 novillos a Martín Lorca. Le engaño en repetidas ocasiones diciendo que los ganaderos le iban a echar vacas y toros gratis cuando luego eran pagando, y su ex apoderado tenía que hacerse cargo de la cuantía económica. Intentó que su apoderado le comprara un vestido de Morante, que costaba 2000 euros, y su apodero accedió a dicha compra, aunque la jugada no le salió redonda, porque el dispuesto hombre quería hacer las cosas bien, con factura y un ingreso en cuenta del susodicho propietario, sin embargo esta persona llamada Sebastián Marín quería que le ingresara los 2000mil euros en su cuenta, y él ya se encargaba. ¡Que listo! Mil y una historias de estos enredos, que nos recuerdan al pequeño Nicolás. Este personajillo necesita urgentemente una cura de humildad, que le ponga en su sitio.

Una empresa joven, formada en mayo de 2020, con la mayor ilusión ha pagado un alto precio, no solo económico, sino moral, por intentar apostar por un chaval joven. Triste, pero cierto. Lo bueno que tiene el mundo del toro que ante la desdicha muchos han sido los profesionales que han querido transmitir su apoyo a Jose Antón. Tal vez esto algún día quede como anécdota, pero a día de hoy es un delito muy grave. Y no han sido los únicos que ha intentado engañar, hay varios empresarios, ganaderos, y toreros que este chaval ha intentado engatusar. Todo para exprimirlos por su propio interés, egoísmo. Hasta los mismos de Casa Toreros han sido engañados por las artimañas. ¿Qué les habrá contado para que le incluyeran  en el proyecto mexicano de apoyo a los novilleros de 2021? Más conocido como Cart.

Si la iglesia católica puede excomulgar a uno de sus fieles cuando sus actos son aberraciones. Los taurinos debemos de hacer lo mismo con una persona que intenta dañar la imagen del toreo, y a quien lo compone, en su propio beneficio. Lo que ha hecho es imperdonable, irreparable e irremediable. Ahora debería afrontar como un hombre y no esconderse como un niño. Torosdelidia.es se ha intentado poner en contacto con él, pero nos ha bloqueado, y directamente ha desaparecido. Vaya mala suerte tiene el pueblo de Barcarrota con su paisano. Incluso a ellos le ha intentado embaucar creando un festival con figuras del toreo como Finito de Córdoba, Diego Ventura, Javier Conde a los que convenció para hacer un festival, y les envió un contrato con el logotipo de la empresa del torero Mazzantini sin su consentimiento, ni mucho menos sin saberlo el torero y empresario.

Que Dios le perdone, si puede. Pero los taurinos debemos de tener mucho cuidado con este tipo de situaciones y personas, que campan a sus anchas en nuestro mundo taurino, limpiarlo de gentuza así. La gente tiene que ir “en corto y por derecho” aquí no vale las mentiras, porque tienen las patas muy cortas, y al final… la tauromaquia es un pueblo y todo se sabe.