Hace unos dias se entregó el Balón de Oro en una gran gala del fútbol. Un premio que recompensa al mejor jugador del año y pone, un día más, al fútbol en boca de todos. Precisamente, lo que mejor nos vendría es que se hablase de toros, y más en el invierno, en el que la tauromaquia parece olvidada por la sociedad y solo se habla de ella si es con tintes antitaurinos. ¿Por qué no plantear algo así?

Vale, está la Oreja de Oro (que este año ha ido a parar a las manos de Roca Rey) y el Hierro de Oro (que ha ganado Fuente Ymbro), pero para empezar lo votan cuatro. Es una forma de hablar, sí, pero no piensen que son muchos más. Deberían votar más periodistas y no solo los de “Clarín” por mucho que el premio sea suyo. ¿O acaso en el Balón de Oro solo votan los de France Football? Y por supuesto, debe votar el aficionado. Para esto y para todo, somos los que nos dejamos nuestro dinero en toros y deberíamos tener la última palabra, como en Francia, donde de verdad tienen peso hasta en la confección de las ferias.

Por qué no establecer una lista con 30 periodistas importantes, de los “duros” y de los “blandos”, para tener distintas opiniones y que el premio sea lo más justo posible, aunque siempre habrá polémica, que tampoco es mala. Podría tener un 30% de peso la votación de los periodistas y un 70% la de los aficionados, que por supuesto, deberían registrarse con sus datos personales en una página habilitada para ello para evitar el fraude votando varias veces. No obstante, el voto sería anónimo o al menos, con la posibilidad para ello.

El sistema de voto, tanto para periodistas como para aficionados, bien podría ser otorgar cinco puntos a un torero (y a una ganadería), tres a otro, y uno al tercero, y al final, recuento y gala. La gala se podría celebrar un año en cada ciudad taurinamente importante y en la que tuviesen acceso tanto la prensa como el público, poniendo X entradas a la venta, como sucedió en el sorteo de la Feria de Otoño, por ejemplo.

Además, se podrían incluir más categorías, como el de mejor torero, mejor faena, mejor feria, mejor rejoneador, mejor novillero con y sin caballos, mejor banderillero y mejor picador.

En definitiva, que en los inviernos se haga algo relacionado con el mundo de los toros, que aumente la competitividad sana entre ganaderías y entre toreros y se acabe con el aparente acomodamiento de algunos.

Por Eugenio Manzano Carretero