Acabo la feria de Julio con dos claras protagonistas por encima del resto: la ganadería Luis Algarra y el torero Paco Ureña.

Hacia tiempo (y además mucho) que en Valencia no se vivía una tarde así, tanto por los toros como los toreros. Los toros por su buena presentacion y su comportamiento para una plaza de primera categoría como es Valencia y luego, tanto Roman que se vio que la tierra le presiona mucho pero que saca esa garra y ese pundonor que tiene para saber llevar muchos momentos de la lidia y luego, Paco Ureña; rayando a muy nivel toda la tarde sobresaliendo en su tercero, escribiendo y matizando esa faena a base de toreo caro y sobre todo del puro. Faena que va a quedar para mucho tiempo en los anales de la tauromaquia valenciana y sino, al tiempo.

La de Cuadri mansa, descastada y sin ningún tipo de fuerza. Rafaelillo fue cogido en su segundo, y donde el miércoles ya ha sido dado de alta. Un par de derechazos de Pepe Moral y un principio como la gaseosa de Varea, ante el toro que tuvieron que ponerle banderillas negras.

De la cuvillada infame poco que destacar, regalo de puerta grande de Roca Rey ante el sexto de la tarde, tras cinco aburridos toros. El público festivo tenía que defender que esa era la corrida “buena” y no la del día anterior. Una pena. Y para colmo, una vuelta al ruedo al último toro de la feria sin ningún tipo de sentido donde el presidente, se dejó llevar por el jolgorio palmerista. En resumen, feria muy corta y falta de nivel. Se fueron muchísimos toros sin picar al desolladero.

 

Por Alejandro Cortijo

Fotografia Jose Joaquin Diago