VA POR TI. Capítulo XXVI. Réquiem por un torero
La plaza entera enmudeció ante el anuncio de la megafonía. Hasta el toro, desconcertado, se quedó quieto en el centro del ruedo. Y un silencio sepulcral inundó los tendidos de la Santa María de Bogotá. Ya se palpaba la angustia en el corazón de todos los actuantes y espectadores. Y la noticia se dejó escuchar: