-Las oportunidades han favorecido a los de hace poco y a los actuales …si quedan.

Como prólogo anoto que empecé a escuchar referencias y comentarios taurinos por el año 61, del siglo pasado, con17 años. Hasta entonces nada de nada… y menos. Veía en Salamanca, años 59 y 60, entrenar a los toreros y novilleros nativos y a otros que llegaban en tiempos de invierno para asistir a las faenas en el campo de bravo. Desde un internado tridentino la cosa se limitaba a saludar y escuchar “triunfos” e historiales…a conveniencia.

En mi familia no me precedió aficionado ni taurino alguno. Llego a Logroño y comparto lecturas, comentarios, festejos con chavales de mi edad, que acudían a los espectáculos taurinos y que con frecuencia tenemos que escuchar lo de “Aficionados…los de antes”.  O “Antes sí que había afición y buenos aficionados”. Y cosas similares. Aquello de que cualquier tiempo pasado fue…¡Pasado! No mejor al menos en todo. Pienso que en casi nada.

Centrando algunos conceptos se dice aficionado taurino a un ciudadano que acude frecuentemente a  festejos taurinos y lo distinguimos del que va en fechas señaladas, ocasionales y feriadas con acontecimientos destacados, a divertirse, tomar un yin-tonic, saludar, dejarse ver, fumarse un puro, antes, y disfrutar del ambiente que convoca una tarde de “toreros” de nombre y cartel en cualquier plaza o feria de España, Francia o América.

Suponemos que “aficionado” implica ser simpatizante,  creyente, fiel, entusiasta, adicto, encariñado, devoto, coleccionista, admirador…de la fiesta de toros, su ambiente, protagonistas, literatura, publicaciones,  novedades, charlas, acontecimientos…y cosas así. Los hay, los hubo y los habrá con más o menos facilidades y posibilidades para satisfacerse. Que también eso cuenta.

Voy a situarme en La Rioja, donde nací, me criaron y espero palmar. En mi pueblo no hubo jamás, novillos, vacas, chotos…ni en mi familia escuché una palabra sobre el toreo. Sí recuerdo que cuando murió Manolete se comentaba el suceso en la aldea. Luego…he conocido a muy buenos aficionados y me ha unido amistad con varios hasta su desaparición. Algunos vistieron de luces, otros disfrutaron campeando y  aquellos se limitaron a ver, leer, escribir, admirar, respetar, criticar, guardar…¡Buenos aficionados! Muy pocos y los recuerdo a todos.

Puedo presumir de excelente relación y convivencia con los toreros aborígenes: Chucho Ortega, El Satélite, Antonio León, Illera, Ciriaco, Pepe Rioja, El Rondeño, El Algabeño, “El Sevilla” y casi todos los toreros riojanos modernos.

Los más jóvenes me pasaban diez o doce años, otros veinte y algunos… más. A todos los tengo en la memoria, a muchos en mi corazón afectivo, de todos me quedan recuerdos y todos vieron corridas, novilladas, y toreros…  más veces, y con menos esfuerzos, en las últimas décadas de su vida. Así de rotundo.

De lo anterior, es conclusión sencilla que si en la actualidad existen aficionados, nada que ver con palmeros, seguidores a tiro fijo, idólatras, tontos con dinero, acomplejados sin vergüenza, maniáticos, disminuidos, urracas o pusilánimes…tienen oportunidades a granel para saciarse. Esencialmente por transmisiones televisivas de las más relevantes ferias de España…alguna francesa y hasta americanas. También hay emisoras o televisiones regionales que se acercan a los festejos de pueblos y ofrecen desde encierros o becerradas a corridas de toros. Una bendición de Tauro.

Nos situamos en la  capital de La Rioja y podría ser en Pamplona, Zaragoza, Bilbao, Vitoria, Burgos…con matices o escasas diferencias. Entre los años 30 y 60 del siglo pasado, que también sirve para los cercanos a ellos. Un aficionado de clase media veía en Logroño dos o tres corridas y una novillada en fiestas, algún festival y novilladas, becerradas…y a cascarla. La feria de san Mateo creció a partir de los sesenta, década con bastantes novilladas, alguna con caballos…pero eso es lo que había. “El Cordobés” agrandó las ferias y cuadruplicó el dinero a los toreros, multiplicando corridas e “inversores” o mantenedores en taquilla.

Si se era aficionado con buena situación laboral y económica se juntaba con similares y se desplazaban a ver un festejo a Pamplona, otro a Vitoria, si había algo especial a Calahorra, una tarde a Bilbao… y poco más. Los llamados ricos o pudientes ampliaban un poco el circuito…pero Madrid estaba muy lejos. Y Sevilla, Valencia, Zaragoza…no veas.

El aficionado a jornal…lo de Logroño y contento. De ahí para abajo  esperaban  la llegada de los toreros a la plaza, escuchaban por ver si salía a hombros alguno o trataban de colarse, algo que ya no se ve. Y más abajo…ya me dirán: Hojeaban “El Ruedo” en la barbería si no los esquilaban en casa.

Hace un fajo de años por un coste ínfimo se pueden ver en gran pantalla de televisión las 80 corridas más importantes de España con los toreros de más interés y en las ferias de más fama: Valencia, Madrid, Sevilla, Bilbao, Pamplona, Zaragoza y otro montón, más algunas de otras ferias en plazas atractivas de segunda categoría.  Para los habilidosos en electrónica hay algunas cadenas regionales de televisión que ofrecen numerosos carteles con corridas y novilladas. Incluso faenas camperas, becerradas y festivales. Nombremos a Castilla La Mancha, Telemadrid, Andalucía…

A lo anterior añadamos los festejos que ve de forma presencial, hoy dispone de medios para desplazarse cualquiera, sumemos algunos acontecimientos en Francia y otros muchos en plazas americanas esencialmente en la capital de México ciudad con un puñado de millones de habitantes de los que asisten pocos miles en algunas corridas de toros. Todo lo anterior indica que un aficionado actual tiene más argumento, para centrar conceptos y apreciaciones taurinas, en un año que toda su ascendencia taurómaca en siglos. México, hoy, está en peligro de extinción taurina.

Te encuentras al otro con lo de: “Antes sí que se veían tardes de triunfo”. Con sencilla consulta se comprueba que de todo hubo siempre en la viña del señor. La primer corrida que vi en mi vida fue el día de san Mateo, 21 de septiembre de  1961 en Logroño. Toros de Domingo Ortega. Uno devuelto y en su lugar salió otro de Sánchez Cobaleda. Media plaza. Antonio Ordóñez, bronca y silencio. Ostos, silencio en los dos. Luis Segura, pitos y pitos. Almohadillas al final y bronca cuando retiraron a un espontáneo. En la misma feria triunfaron Diego Puerta y El Viti. Cortó una oreja Curro Romero…y tres orejas por coleta obtuvieron Antonio León y Hernando en la novillada que El Cordobés, se presentaba en Logroño, fue pitado en los dos impresentables novilletes y llenó la plaza agotando “el papel”. Pitos se llevó de su tarde Paco Camino que en esta feria ha matado 39 toros siendo premiado con 22 orejas y escuchado broncas y pitos en 10. Lo que demuestra que siempre hubo de todo…con los grandes toreros. El “Sabio de Camas” toreó 13 festivales de Las Hermanitas siendo premiado con 12 orejas y tres rabos. También en alguna colaboración benéfica fue pitado…lo que confirma que no todo y siempre ha sido para corear como bueno y ejemplar.

Echémonos treinta años atrás…de ahora mismo. Feria de san Mateo de 1990 que fue de esas que no se olvidan fácilmente. Podríamos citar ciclos similares en otras plazas. Pero ya que estamos en Logroño y por no gastar gasolina…

La empresa, con acierto  y torería anunció una novillada y seis corridas de toros. Hicieron el paseo los novilleros Manuel Caballero, Pareja Obregón y Sánchez Mejías. ¡Ni una vuelta  al ruedo! Los disculparon con un encierro para olvidar de Hnos. Santamaría.

En el cartel de matadores toreó tres tardes Fernando Lozano que obtuvo 2 orejas repartidas y muchos pitos. Dos corridas estoqueó Manili, cortando una oreja, otra en dos tardes obtuvo Roberto Domínguez y pitos y silencios se repartieron Curro Vázquez y Juan Mora que mataron cuatro toros cada uno. Léanlo despacito y verán el rendimiento de la inversión del aficionado en taquilla.

Una tarde “visitaron” Logroño ese año, por la feria, Litri, un trofeo, y Rafi Camino, Tomás Campuzano, Muñoz, Ortega Cano…y otros que no recuerdo y se fueron sin tocar pelo y con alguna ovación, silencios, pitos, palmas… Total: 42 astados a los que se cortaron 5 orejas. “¡Qué ferias las de hace treinta años!”. “¡Aquello era divertirse y no lo de ahora!”. Comentarios de zulús taurinos no taurinos.

Salvo alguna excepción exageradamente deplorable, los taurinos solemos recordar lo bueno…y eso nos salva. Pero hay que reconocer que los pasajes vulgares son excesivamente abundantes y es bueno echarles cuenta en hora de opinar o ponderar lo de antes cuando se quiere desechar lo de ahora o hace muy poco…que tiene pasajes y capítulos muy positivos. Lo que no implica evitar la crítica de los indeseables espectáculos…que también abundan.

Pedro Mari Azofra

PIES DE FOTOS

“El Viti” en su debut en Logroño y grupos de aficionados logroñeses de los años sesenta. Litri y Antonio Ordóñez en 1956 y Antonio León toreando al natural en Madrid.