Lo más sorprendente de esta feria es la casi nula asistencia de público con los toreros que se anuncian en la mayoría de las ferias del mundo.

La nota media en la presentación de los encierros ha sido alta, y la casta y bravura solo la han superado con nota los novillos de El Juli. El resto para olvidar salvo alguna excepción.

Como  no puedo viajar para presenciar algunas de las corridas isidriles que me apetecen, las disfruto en sillón abacial, gracias a Movistar, y dando fiesta a un par de gin-tonic que me saben a gloria ¡Aunque no como en los bares de Las Ventas!

Al finalizar cada festejo, anotaré cuatro o seis cosas y al terminar el ciclo, o en dos lotes,  se las enviaré al aula de la sede del cardenal Pla… y Ventura. La cosa ha empezado fatal y eso de que los calés no quieren buenos principios es una chorrada histórica. Prefiero lo de que “si bien empieza bien acaba”.

Disgusto tengo por los toros de Moisés Fraile. Por él y porque los vi “crecer” en manos de Pepe “Raboso”, mi amigo del alma, en la finca Cilloruelo de Tenebrón. Hubo cinco astifinos, todos serios, para contrastar con tanto romo y sospechoso que vemos. Toreable sin fuerza ni emoción el primero, soso y sin transmitir el segundo, desigual intermitente y sin entrega el tercero, complicado e incierto repitiendo el siguiente, sin recorrido ni emoción el escobillado quinto y monótono, difícil y sin emplearse el último. Conjunto aburrido y sin bravura, público de pachanga y trofeos de fiesta de vendimia de barrio. La asistencia de pena. Ahí andaría con los mil espectadores. O poco más.

López Simón, bien por verónicas, correcto, abundante y sin calentar. En el cuarto,  liga algún derechazo, pierde pasos y ni se acopla ni domina las embestidas.

Álvaro Lorenzo, correcto, torero y  técnico sin emoción ni atractivo. Mal a espadas. Verónicas de lujo en el quinto y voluntad, ganas, empeño y luquesinas a destiempo y torpes. Estocada caída y orejilla.

Ginés Marín veroniquea con gusto. Pone lo que le falta al toro, roba pases, no resuelve…y nada. Bien y ceñido por verónicas y chicueleras soltando la mano en el último. Repite muy ajustado y rematando por villaltinas en un quite. Buen trazo con la zurda, expone y supera al toro aunque un tanto monótono, roba sueltos naturales al final y da la estocada de la tarde en la que hubo malos pasajes a espadas. Hizo lo más destacado con pasajes importantes.

El conjunto de la tarde…decepcionante.

CARTEL DE LUJO: POCO  LUCIMIENTO Y MENOS PÚBLICO

Sorprendió el poco público con cartel de lujo…y en Madrid. . Menos de la mitad tolerable. Toros serios, astifinos y bien presentados de Juan Pedro Domecq con pocos momentos de clase y bravura en peto y en muleta,  apagándose y sin casta hasta quedar en nada. Todos a menos.  Aceptables los tres primeros…por elegir a la fuerza.

Noble, repite y acosa. De triunfo a menos el primero. Bien picado por Manuel Quinta el cuarto y ovacionado el banderillero Algabeño. Importante y brusco al final. A menos o nada. Buen toro el segundo y problemático calamocheando e inmóvil  el sobrero cuarto de Daniel Ruiz. Bravo, codicioso noble y toreable el tercero. Intratable el sexto.

Ponce bien recibiendo, lidiando, en quites con gusto y torería. Trincheras, cambio de mano, desdén andando, derechazos girando plantas y relacionando pases, naturales a disgusto y final doblándose haciendo escuadra con las rodillas. Torería andando y poco más. Se dobla y consiente en el otro con pasajes de torero por ambos lados. No se confió al final y en conjunto decepcionó. Se le nota demasiado el picoteo muletero que ya no es momento de corregir. Ni edad.

Verónicas sentidas y templadas de Morante, lujo derecheando y girando las plantas de los pies, solemnidad y muñeca al natural, adornos escuadrados y doblones por alto y bajo, gusto y personalidad. Impotencia en el quinto y recital infame con la toledana. Nunca el pellizco torero debe implicar atracos toricidas.

Aguado anduvo mucho y toreó poco al tercero al que  recibió y en quite veroniqueó con sumo gusto y compás cerrando rodilla en arena. Detalles de lujo rematando con capote a una mano. Dextrorsos de primera con el de la firma. Lento y saboreando, cambios de mano y final de frente por el izquierdo decorando con sevillanas trincherillas. Más escenografía que hondura. Pinceladas de encuadrar y escasa reunión.

En el otro, incapacidad lidiadora, poco o nada y angustias toricidas. Ovacionados los toreros de plata Iván García y Mellinas en este toro. Algo es algo.  Desencanto aficionado y popular con un cartel tan señalado.

CORRIDA ESTELAR DURA Y DECEPCIÓN: NI PÚBLICO NI TROFEOS

Toros de Alcurrucén serios, bien armados, cumpliendo en el parapeto y la mayoría con “temas” para resolver. El mejor fue el primero: Repitió con fijeza, emoción y clase. El cuarto, noble, irregular, sin celo y toreable. El tercero, intermitente, con fijeza, toreable no fácil y de corta embestida. El resto complicados. Y cambiantes. El segundo corto de acometida, el quinto repite con peligro y el sexto, sin codicia, desigual, con arreones y acobardado. Muy poco público. Nada.

El Juli perdió a espadas un saco de orejas. Quite por Chicuelo superior, tranquilo en series por el derecho, reunido en naturales, muleta baja, redondos, trincheras, de la firma…faena para escolares con más maestría y trazo que calidad. Quieto, relajado, templando…después de centrarse tras series de uno en uno en el cuarto. Hubo momentos por el derecho de relajo y el mejor corte en cambio de mano. Jodió la parva con la toledana.

Manzanares, sin mayor relieve artístico en el segundo y aguantando sus dificultades y hasta una voltereta. Con el quinto más que torear se peleó y defendió y no acabó de centrarse siendo a veces desarbolado. Afrontó el trance con valor. Y dio la estocada de la tarde.

Ureña lució en un quite, entre delantal y verónica, rematado con media de lujo. No hubo ligazón ni reunión con la zurda y se centró por el derecho en pases salteados y compuestos. Toques de trasteo en el último, algunos pases sueltos por ambos lados, excesivas precauciones y  “desafíos” con un toro de arreones y cobarde.

El aficionado se pudo entretener con los comportamientos “de prueba” de toros con diversas conductas. El feriante no tuvo ni una vuelta al ruedo para aplaudir y contarlo en casa. Los toreros, de oro y plata, pasaron bastantes apuros, en general.

EL TOREO A CABALLO…ES UNA COSA PARA MEJORAR

Me sorprendió el presidente, que tanto ha escatimado en ocasiones los trofeos merecidos, premiando con dos orejas tras un sablazo o navajazo en el armazón bóvido. La presidencia está desentonando así  como queriendo darle a esta feria de “san Isidrín”, a puerta cerrada,  vitola del san Isidro, símbolo de seriedad en casi todos los sentidos cuando se “celebra” en Las Ventas.

No voy a detallar la tarde de lo que se anuncia como “corrida de rejones”. Me gusta el toreo a caballo y no me gusta nada el apartado referido a escenas circenses que se está multiplicando en estos festejos. Si al público le gustan y asiste hacen bien en prodigarlos. Pero el otro día en Carabanchel no había nadie. Un mal síntoma porque la corrida de “los caballitos” suele tener parroquia abundante aunque algunos la desprecien diciendo que es el día que regalan la entrada del abono a la chica de servicio o a la suegra y sus amigas del Centro de Mayores.

Quiero recordar que el toreo a caballo tiene cosas del de a pie: Ir al toro de frente, o casi, dando el pecho del caballo y clavando cuando los muñones estén en el pecho o estribo como mucho. No en la grupa o por allí lejos de la cola equina.

Salir despacio de la suerte…y luego adórnese lo que quiera. Citar para poner banderillas y poner dando la cara, o casi, y no dando vueltas al toro y clavar “a traición”.

Lo del rejón de muerte es la leche. Va a llegar un día que aten al toro y le claven el rejón. Se pasan. El toro está semimuerto. No se arranca porque ha corrido kilómetros…o no es bravo. Llega el centauro o la amazona y lo cierra, enrolla, le da vueltas y vueltas y a traición…trata de meterle el garrochón cuando está el toro parado y hasta apretar a varios tiempos para que profundice la alabarda.

Deben cuidar esos detalles tan feos porque el toreo a caballo, lo de rejoneo es más reducido y pasado, es muy hermoso y debe ser más serio. Y a veces, los centauros y amazonas, se preocupan más de saludar y mangar aplausos que de torear.

Solía decir el gran Rafael Azcona criticando los gestos de algunos toreros: “Saluda más que un rejoneador”. No le gustaba porque a veces parece mendicidad más que saludos.

MODELO DE NOVILLOS Y NOVILLEROS PARA TOMAR NOTAS

La novillada de El Juli tuvo casta, bravura, calidad y alguna nobleza añadida a su importancia. Varios merecieron vuelta al ruedo y cinco de los seis, el más bravo e importante fue el tercero, de nota alta. Todos transmitieron sus cualidades al aficionado televidente, público no había, y el presidente fue muy tacaño o no supo apreciar lo bueno. Primero, tercero y quinto de sobresaliente. Segundo y cuarto, toreables y el sexto con problemas y sin gas.

Los tres novilleros también superaron la prueba. El charro Grande, resolutivo, preparado, valiente y queriendo, un poco acelerado, decir que pretende ser torero. Variado con el capote, decidido siempre, toreando con la sarga por los dos lados, de pie,  de rodillas…Pases de largo trazo y limpios, buena estocada…Quietud, dominio, verónicas, trazo, dominio…y decisión a espadas. Ya sé que no redondeó. Pero toreando tan poco apunta cualidades y genio para dar guerra en el  escalafón superior. Muy bien con las frías Jarocho y Blanco.

En el sexto, verónicas de lujo y broche de rodillas. Saltilleras estatuarios, tandas relacionadas por el derecho, reunido, quieto, alguno tropezado…lo quería hacer todo. Hubo algunos pitos ¡Inexplicable! Dos buenos pares de Mambrú.

Rufo es el toreo que esperamos ver por calidad. Despacioso, con utilización, sin notarse, de cintura, dejando el número de las zapatillas en la arena, buscando el círculo en el arrastre de muleta, calculando sin postureo, alargando los pases, estético… ¡Buen torero!

Final monótono y desafío en cercanías. Buena estocada. Gran toreo a ralentí, templado, adornos preciosos en los remates, serio, clásico…y buenos pares de Zamorano y Fernando Sánchez.

Perera, desde que recibió al novillo de salida en los medios, se jugó el tipo sin hacer chorradas: Toreando con entrega en los pasajes y jugándose el tipo. Fue corneado pero dejó la tarjeta de torero para esperarlo. Buenas tandas de rodillas por ambos pitones, quietud, muleta baja, pitones tocando su taleguilla, nervios, estocada y cornada. Buenos pares de Valdeoro.

Los tres estuvieron en novilleros preparados, variados y ambiciosos. Los tres merecen puestos en carteles importantes porque los tres pueden responder, redondear, progresar y reponer a alguno de los cansa cuerpos que se anuncian demasiado.

UNA GOTA DE “FUENTE”, FINITO INCAPAZ Y LUQUE AL ALZA

Lo confieso: Los toros de Fuente Ymbro vienen siendo mis “gallos” hace un tiempo. Plaza desierta. Toros serios, bruscos, reacios…Flojo, noble y escarbón el primero. Sin acometida. El cuarto no daba ni pasos. El segundo con fijeza y acoso desigual. Derecho aceptable. El quinto difícil y violento. Se revuelve sin desplazarse. El tercero, serio, desigual, difícil y toreable. El sexto, irregular embistiendo, repite y fue el mejor de la tarde. Decepción sin disculpas.

Finito, a compás con su toro, no se empleó. Dos verónicas de lujo, buenas formas trasteando, muletazos con trazo y compostura y buena tanda derechosa. Ayudados picoteros, media fea y huyendo, fallos con la cruceta… y con el otro toques a los costados, paso atrás, machetazos, excesivas precauciones y toquiteos, dudas, miradas, reflexión interior, ataque a los costillares, huídas…No sé si los cuatro detalles con excelencia de Finito de Sabadell favorecen la animación taquillera. Pero cantidad de  sus estampas van contra la defensa de la Tauromaquia. No se puede estar siempre bien. Pero la profesionalidad, oficio y decencia deben evitar pasajes “antitaurinos” que apoyan a los animalistas y similares.

El toreo a destajo y de facultades fandinista anima a la mayoría con abundancia de verónicas, quites, pares de banderillas, revoleras, naturales rebujados, derechazos…Voluntad, facultades, desarme…La Coca-Cola tiene más seguidores que el rioja. Pepe Marchena mandó a casa a Tomás Pavón, Manuel Torre y la Niña de los Peines con la Ópera Flamenca. Pero todos fueron  importantes por algo o por mucho. No por pinceladas.

Daniel Luque, gesticulación, montera y morrito aparte, estuvo hecho un torerazo. Mandó como un tirano con técnica, valor y poder de adaptación y dictó una lección para cobardes o mentirosos a base de meterse en terrenos del toro, que no son ni fueron exclusivos. Sus auxiliares Caricol y Contreras fueron ovacionados en sus pares y estuvieron bien con la manta. Téngase en cuenta que en una corrida hay nueve toreros de plata…más los picadores con poca labor en este ciclo.

Importante, suave y con riesgo al natural, seguro por el otro lado ante las vacilaciones del toro, colocado con habilidad, supera al toro en la “pelea”, sometimiento y buenos pasajes con la de torear. Desordenado lo escribo…pero espero que lo entiendan porque no hago cónica. Son recuerdos. En el otro dio una clase de valor para colocarse y poder desde el trasteo natural del prólogo. Serios fajos de pases derechosos reinaron en la faena. Poquito y meritorio con la zurda, pasos, distancias con cálculo seguro, diplomacia y buena estocada. Dos merecidas orejas. Salvó una tarde decepcionante a plaza vacía ¿Dónde está la afición de Madrid y sus poblaciones?

Pedro Mari Azofra.