Ya el simple gesto le honra como torero, y es que Paco Ureña es torero fuera y dentro del ruedo. Lo primero que hizo la furgoneta del torero fue dirigirse al Hospital para compartir con Victor Saugar “Pirri” este triunfo, y emocionados los dos se fundieron en un intenso abrazo, en ese momento ni las costillas rotas del maestro Ureña, ni los puntos del percance que arrastra “Pirri” hicieron merma en los sentimientos, en la ilusión contenida de una tarde soñada. Duro y difícil ha sido el camino para llegar ese momento, pero Paco Ureña en su mente estaba “Pirri” que no pudo disfrutar junto a él en el ruedo, como parte de su cuadrilla, ese triunfo tan soñado.

Bonito reconocimiento de un torero castigado por los toros, que ha sabido reconocer a sus fieles en los momentos de inquietud, ansiedad, desasosiego, zozobra. Porque los que están en las malas, es justo que estén en las buenas, y este gesto quedara grabado en la memoria de Victor Hugo.