Ojos que miran desde la profundidad. Ojos con los que no todo el mundo es capaz de mirar. Ojos que aprecian la sensibilidad del arte. Ojos creadores de belleza infinita. Ojos que revelan la revolución del toreo. Así no lo ha mostrado un filósofo del toreo como es Jesús Soto de Paula en el Aula de Tauromaquia de la Universidad Popular de Almagro. Escritor que ha mamado desde su niñez de toreros de gran enjundia torera. Por su sangre corre la de Rafael de Paula, pero es que no queda ahí su raíz, sino que su abuelo fue banderillero de Manolete. Un acto en el que, De Paula, nos presentó su último libro, REVOLUCIONES Y REVELACIONES TORERAS.

Qué importante es mirar con los ojos del alma. Sentir de una manera diferente. Vivir el toreo desde otra perspectiva. El toreo es puro sentimiento que no se puede describir. Se siente o no se siente. Nunca he escuchado a nadie que le guste el toreo a medias. O te gusta, te cala hondo por la pasión que lo rodea, o lo aborreces. Qué placer es escuchar hablar del toreo, con tal sentimiento como lo hizo Jesús Soto de Paula, hijo de uno de los grandes del toreo, como bien definió uno del siglo de oro del arte. Y no menos importante, escuchar hablar al futuro de nuestra fiesta de la mano de Juan Ortega, torero que están esperando los aficionados como agua de mayo. Un torero que nos vuelve a traer el clasicismo de los toreros de antaño. Un toreo clásico que marcará una nueva época, en la que las luces y las sombras han hecho que muchos aficionados se sienten faltos de pasión para acudir a la plaza.

Jesús Soto de Paula embrujó con su verbo a todos los oyentes del Aula. Un aula de puertas abiertas, para que pudieran disfrutarlo y gozarlo los aficionados aparte de los alumnos que lo cursan. Con la sorpresa de estar en la mesa Juan Ortega un artista del siglo XXI. Ambos se conocían y se admiraban, con la curiosidad de que nunca habían tenido el placer de hacerlo en persona. Ayer se conocieron se maravillaron de lo que cada uno dijo en ese ruedo improvisado que es una mesa y tienes delante a los aficionados pendientes de lo que dices.

Muletazos de palabra a los sones de una prosa con mucho duende. Duende que eligió a Soto, como él declaró que era “el duende quien elige a la persona”. Un recorrido por toreros de la historia con anécdotas muy peculiares, en la que no faltó la admiración hacía su padre, no como hijo, sino como aficionado. Un placer escuchar a un filósofo del toreo de su carisma, y una última anécdota que contó en relación con las cornadas en la firma de su libro, el cual presentaba en la ciudad encajera: a Manolete le hicieron una foto y al fotógrafo se le ocurrió quitarle su cornada de espejo, porque lo quería poner sin defectos, y Manolete al verlo se cabreó porque le borraron su medalla. Eso nunca hay que quitárselo a un torero.

Jesús Soto ha vivido bajo el influjo de varios toreros importantes de la historia del toreo. Él dio una versión muy interesante de las broncas. Versión que muchos no lo han interpretado así, puesto que según Soto: “las broncas dicen mucho de la genialidad del torero. Un torero sin broncas es como un torero sin pasión. Y una tauromaquia sin broncas es una tauromaquia desangelada. Las grandes broncas se las merecen los grandes toreros”. Y como bien apostilló los genios son los únicos que a los cuerdos vuelven loco. Bendita locura la de la tauromaquia y los genios del toreo que nos enamoran de tal manera que nuestra cordura cuando los vemos se dispara y nos traspasa el alma. Es cuando escuchamos al corazón y vemos con esos ojos del alma que tan presentes estuvieron a lo largo de la noche.

Juan Ortega no quería sentarse en la mesa, quería estar sentado al otro lado disfrutando de esa prosa de Soto, pero cómo iba a perderse la afición la oportunidad de que hablara y se dejara conocer desde otro punto de vista. Puesto que los toreros hablan con su capote y muleta, y qué bien lo hace Juan con el percal, pero también con la palabra, se expresa con tal claridad que transmite. Anoche fueron mucho lo que se transmitió y muchas las emociones. No nos olvidemos de que a Ortega se le espera y como dijo Jesús Soto que el “arte es también saber esperar”.

Lo que Juan Ortega ha tenido siempre claro es que ha buscado “toreros algo distintos que merezcan la pena esperar” haciendo referencia a por qué lleva una foto de Rafael de Paula en su Whatsapp. Eso puede chocar cuando hoy día lo que prima es ponerse uno mismo y de diferentes posturas, pero quien tiene las ideas claras y admira a los genios no tiene por qué mostrar algo que no sienta. Para él el toreo no es simplemente pegar muletazos a un toro y triunfar. No, es algo más profundo, una tarde que con algo que haces lo recuerdas para toda la vida. Eso es el toreo para Juan Ortega. Eso es la grandeza del toreo y lo que lo despierta por dentro.

Fundamental es saber sobre la historia de la tauromaquia, tal vez es lo que hoy día falta, esa cultura taurina que está exenta para la mayoría de los que acuden al tendido, que simplemente van a pasar la tarde, y si se tercia increpar sin conocimiento de causa. Por eso es bueno que muchas propuestas como las de Álvaro Ramos se llevaran a cabo en cada ciudad, ya no digo en las capitales, sino en cada rincón taurino de esta piel de toro que es España. Enhorabuena por educar al aficionado y acercarlo a toreros de la talla de Juan Ortega y a filósofos del toreo como Jesús Soto de Paula.

Importante también la reflexión que se hizo que es muy difícil que haya buenos toreros sino tienen buen concepto del toreo. Ser buen aficionado. Ver dónde está el toreo clásico que para Soto no es otro que el toreo eterno, en eso coincidirá Ortega, pues es el que practica. Desde novillero, es un torero con ese concepto del toreo clásico influenciado por los toreros de antaño. Que un día y otro también, nos lo ha ido descubriendo, en los callejones, su hombre de confianza; Jorge Fuentes.

Enhorabuena tanto a Álvaro Ramos, por brindar esta oportunidad a los que amamos el toreo como a Jesús Soto de Paula y Juan Ortega por deleitarnos con vuestro verbo. Y por los consejos que le disteis a Pedro y Lucas, dos jóvenes que viven con pasión y sueñan con convertirse en figuras el día de mañana.

RAQUEL MONTERO.

Mañana haremos una presentación formal de esta señorita singular llamada Raquel Montero que, desde tierras manchegas ha querido sumarse a nuestra casa que, como el mundo sabe, es la casa donde anida la verdad. De ella es este hermoso texto que publicamos, al igual que las fotos que tomó en tan hermoso acto.